(La Verdad) “Mantengo lo que dije. Llevo quince años como presidente de la Región de Murcia asumiendo todas mis responsabilidades políticas e institucionales, y nadie podrá decirme, ni a mí ni a mi Gobierno, que no acato las leyes. De hecho, he acatado recientemente una ley que me ha bajado el sueldo un 15%”, explicó el mandatario murciano, cuyo posicionamiento sobre la nueva ley del aborto le ha dado un protagonismo inesperado a nivel nacional y le colocado en la diana del resto de partidos políticos.
Valcárcel no cree que se sienta desautorizado por Soraya Sáenz de Santamaría o por el silencio de Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal. Sí ha recibido el apoyo de Javier Arenas y Alberto Ruiz Gallardón, que se han sumado a sus tesis. Sostiene que no había nada preparado en la Junta Directiva Nacional del PP para que él se significara ante los medios de comunicación con la posición de su partido. “No he salido como portavoz de nadie. Abandoné tan feliz la sede del PP creyendo que los periodistas me iban a preguntar por el partido de España contra Alemania”.
Ante las advertencias que le han hecho desde algunos foros de que podría incurrir en un delito de prevaricación por no aplicar una ley salida del Parlamento nacional, el presidente murciano dijo que esa situación se produciría “cuando haya posibilidad material de aplicar la ley y entonces yo diga que no. De todas formas, hoy en día no hay medios para hacerlo”, añadió. ¿Por qué no acata de inmediato una ley publicada en el BOE y con plena vigencia, que es lo que el Gobierno de Rodríguez Zapatero y el PSOE e IU, principalmente, le echan en cara? “No se me escapa eso, pero existe una serie de factores y de razones que son las que me han llevado a tomar esta determinación en estos momentos. En primer lugar, la ley está recurrida ante el Constitucional, y cuando hablé de no aplicarla por ahora me refería a la posibilidad de que el tribunal se pronuncie dentro de pocos días sobre la petición de suspensión, no sobre el recurso del PP”.
“No hay sublevación”
En segundo lugar, Valcárcel considera que “no es una ley más, como otra que sale del Parlamento. Tiene una peculiaridad muy importante, ya que no hay carácter reversible cuando se practica un aborto”. Por último, introduce una consideración política en la que critica la existencia del Ministerio de Igualdad. “Se trata de una ley que se plantea para dar contenido a un ministerio que no tiene contenido. ¿Por qué no ha pasado por el Ministerio de Sanidad? En ninguna reunión intersectorial con los consejeros se ha hablado de este asunto. El aborto ha escapado a ese ámbito y se ha depositado en el Ministerio de Igualdad, para darle contenido a un ministerio que nadie ha pedido que se cree”.
Ante el aluvión de críticas que ha recibido, Valcárcel rechaza que haya actuado en este asunto como un insumiso y se extraña de que haya salido a colación este calificativo para enjuiciar su postura. “En determinados medios quizás más interesados en mantener una línea editorial se ha hablado de que no acato las leyes. No hay ninguna sublevación por mi parte”. “Existe una indefinición clara y una falta de garantías jurídicas para los médicos. Hay una falta de información tremenda. Pretenden facilitarle a una criatura de 16 años 150 papeles para que se los lea y que responda en tres días”.
Tampoco le gustaba la anterior ley
Valcárcel se distancia de la ley del aborto que promovió y toleró el PP durante los ocho años de Aznar, en los que se incorporó el cuarto supuesto. ¿Por qué ahora no acepta la ley del PSOE? “Aquella ley tampoco me gustaba, aunque existe una inmensa diferencia”, contesta. “La anterior no dejaba la puerta abierta al aborto libre, pero ésta sí. Ha cabreado al español medio. Una niña de 16 años no puede hacerse un tatuaje sin permiso paterno, ni tampoco beber una cerveza porque es menor de edad, y me parece muy bien. Sin embargo, sí puede presentarse en una clínica para abortar, sin contar prácticamente con nadie, por si su padre le riñe. No tiene sentido. Y que no vengan diciendo que quiero romper España, como ha declarado algún alcornoque”.