(Agencias/InfoCatólica) Según ha explicado el portavoz del Vaticano, padre Lombardi, el encuentro con el anciano líder sufí Mohamed Nazim Al-Haqami se ha producido cuando se dirigía desde la nunciatura a la cercana iglesia de la Santa Cruz, en la llamada "línea verde" de Nicosia –zona bajo control de las Naciones Unidas y que separa el norte ocupado por los turcos de la República de Chipre–, para oficiar una misa.
El líder musulmán, de 89 años, esperaba al Papa sentado a las puertas de la nunciatura. Cuando Benedicto XVI se ha acercado a él, lo primero que ha hecho ha sido pedirle disculpas por estar sentado. “Es que soy muy viejo”, le ha indicado. “Yo también soy viejo”, le ha respondido el Papa, que tiene 83 años. Nazim Al Haquami le contó que vive en la parte dominada por los turcos y que quería verle, como hizo con Juan Pablo II.
Regalos y oraciones
El musulmán regaló al Papa un bastón y una placa en la que estaba escrita la palabra “paz” en árabe. “Por favor, rece por mí”, le ha pedido. “Rezaré por usted, pero por favor rece también usted por mí”, ha respondido Benedicto XVI, quien le entregó una medalla de su pontificado.
Este ha sido, hasta ahora, el único encuentro del Pontífice con un dirigente musulmán de Chipre, dentro de su visita a esta isla mediterránea por invitación de la Iglesia ortodoxa chipriota y el Gobierno. Benedicto XVI tenía previsto un encuentro con el Gran Muftí Yusuf Suicmez, la máxima autoridad islámica de la isla. Sin embargo Suicmez no se ha presentado al encuentro y no ha dado explicación alguna de su ausencia.