(Zenit/InfoCatólica) “Es un hecho sobre el que tenemos pocas informaciones: sin embargo, es seguro que nos trata de un asesinato político o religioso”, explicó el Papa. Respondiendo a una pregunta sobre la división de Chipre, a causa de la ocupación Turca, Benedicto XVI afirmó que su viaje, busca continuar el realizado a Tierra Santa el año pasado, testimoniando la paz paz y el diálogo, arraigados en la fe en el único Dios.
“No traigo un mensaje político, sino un mensaje religioso, que debería preparar mejor las almas para abrirse a la paz. No es algo que se hace de un día para otro, pero es muy importante no sólo dar los pasos políticos necesarios, sino sobre todo preparar las almas para dar esos pasos, para lograr esa apertura interior a la paz, que procede de la fe en Dios y de la convicción de que todos somos hijos de Dios, hermanos y hermanas entre nosotros”, dijo el Santo Padre.
El Papa se refirió al diálogo con los ortodoxos y el testimonio común de los valores cristianos en el mundo secularizado. “Cuando somos capaces de testimoniar estos valores, de comprometernos en el diálogo... para vivir estos valores, ya hemos dado un testimonio fundamental de una unidad muy profunda de la fe”, aclaró. El pontífice reflexionó también sobre la paz en Oriente Medio tras el ataque del ejército contra la flotilla de bandera turca que se dirigía a Gaza:
“Después de todos los casos de violencia, no hay que perder la paciencia, la valentía, la amplitud de miras para volver a comenzar. Es necesario crear estas disposiciones del corazón para recomenzar siempre de nuevo, con la certeza de que podemos avanzar, que podemos llegar a al paz y que la violencia no es la solución, sino la paciencia en el bien. Suscitar esta disposición me parece el principal trabajo que el Vaticano, sus órganos y el Papa, pueden hacer”.
Por último, sintetizando sus reflexiones, el Papa habló del Sínodo de loso Obispos de Oriente Medio, cuyo Instrumentum Laboris publicará este domingo en Nicosia. El Sínodo, dijo, será un encuentro interno a la cristiandad de Oriente Medio, marcado por la valentía y la esperanza en el futuro. Crece, concluyó, “la conciencia común sobre la responsabilidad cristiana y también la capacidad común de diálogo con los hermanos musulmanes, que son hermanos a pesar de las diversidades”.