(Agencias/InfoCatólica) "Es urgente el empeño de los cristianos en la defensa de los derechos humanos, atentos a la totalidad de la persona humana en todas sus dimensiones", ha reclamado. Benedicto XVI expresó su "más profundo aprecio" a todas aquellas iniciativas pastorales y sociales "que intentan luchar contra los mecanismos socio-económicos y culturales que llevan al aborto” y que "tienen bien presente la defensa de la vida y la reconciliación y restablecimiento de las personas heridas por el aborto".
"Las iniciativas tutelan los valores esenciales de la vida, desde su concepción, y de la familia, fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, ayudan a responder a algunos de los desafíos más peligrosos e insidiosos que se oponen al bien común", ha señalado en su discurso. El Obispo de Roma agregó que esas iniciativas constituyen "elementos esenciales para la construcción de la civilización del amor".
El pasado mes de febrero se aprobó la ley de matrimonio homosexual en Portugal y en estos momentos está a la espera de que sea promulgada por el presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, que es católico practicante.
Benedicto XVI pide a las organizaciones y líderes católicos que tengan orientación clara" e "identidad evidente"
Por otra parte, ha manifestado que la crisis socio-económica, cultural y espiritual "pone de manifiesto la oportunidad de un discernimiento orientado en la propuesta creativa del mensaje de la doctrina social de la Iglesia". "El estudio de esta doctrina --ha continuado el Papa- permitirá trazar un proceso de desarrollo humano integral".
"No se trata de un simple conocimiento espiritual sino de una sabiduría que da sabor y condimento, ofrece creatividad para afrontar una crisis tan amplia y compleja como esta", ha recalcado el Pontífice. También se ha referido a la necesidad de formar "una nueva generación de líderes" para la pastoral social y que esto "merecerá una particular premura de los pastores, atentos al futuro".
Aún con todo, ha reconocido que no es fácil alcanzar una síntesis entre la vida espiritual y la actividad apostólica. "La presión ejercida por la cultura dominante, que presenta con insistencia un estilo de vida fundado en la ley del más fuerte termina por influir en nuestro modo de pensar, en nuestros proyectos y sobre nuestros proyectos", ha apuntado.
El Pontífice afirmó que el amor incondicional de Jesús hacia los hombres obliga a éstos a entregarse gratuita y generosamente a los otros mediante la justicia y la caridad. Tras resaltar la labor que las instituciones católicas de caridad realizan con los pobres, enfermos, detenidos, vagabundos, personas abandonadas, discapacitados, emigrantes, desempleados, etc, el Papa manifestó que la Iglesia no está capacitada para ofrecer soluciones prácticas a cada problema, pero sí está dispuesta a ayudar y ofrecer medios de salvación a todos.
En este sentido, ha pedido a las organizaciones católicas que su orientación "sea clara" y "una identidad evidente en sus objetivos, en los métodos, en la calidad de los servicios y en la seria y eficaz gestión de los recursos".
"La identidad es un paso fundamental para otorgar a la actividad caritativa cristiana una autonomía e independencia de la política y de la ideología, también en la colaboración con los órganos del Estado", ha explicado el Santo Padre.