(EP/InfoCatólica) Interrogado por si las informaciones sobre los casos de abusos a menores están "restando credibilidad" a la institución, el representante del Vaticano consideró que "la Iglesia está viviendo por este problema real un momento seguramente difícil, sobre todo, por lo que respecta al desconcierto que el escándalo provoca en los fieles".
No obstante, recalcó el "rigor" con el que el Pontífice ha abordado este tema, como se puede comprobar, dijo, en la carta que dirigió a la Iglesia de Irlanda y otros documentos. En este sentido, monseñor Ravasi recordó que la página web de la Santa Sede ha difundido un documento sobre actuaciones en estos casos que toma como punto de partida otro anterior, de 30 de abril de 2001, en el que ya se explicitaban algunas medidas a adoptar frente a la pedofilia.
El presidente del Pontificio Consejo de Cultura puso de relieve que, por una parte, "se afronta la cuestión desde el punto de vista ético y moral porque se trata de un delito muy grave", que, "naturalmente comporta toda una serie de indicaciones de tipo pastoral y espiritual que se han de desarrollar en la formación de los sacerdotes". Por otra parte, continuó, se establece que "el hecho, cuando sea cierto, sea transmitido a las autoridades civiles" y se insiste en que la comunicación se haga "rápidamente".
En esta línea, el arzobispo diferenció dos aspectos, de un lado uno "personal y espiritual y que en el lenguaje eclesiástico se enmarca en el tema de la culpa y el pecado y un segundo aspecto que es el jurídico, el del crimen, el delito, en el que los tribunales civiles deben ser rigurosos".
Entorno agresivo
De igual modo, el arzobispo declaró que existe una "operación de denuncia real, de problemas reales" pero que se ha hecho, "tal vez", en un entorno "particularmente agresivo". Ha habido un "exceso" en los ataques a la Iglesia, sostuvo Ravasi, que agregó que se aprecia "una especie de prevención casi agresiva". En este punto, puso como ejemplo la propuesta de intelectuales británicos de arrestar al Papa cuando viaje a Inglaterra.
Finalmente, opinó que quizá "haya que buscar algún instrumento para evitar que se repita este crimen, que, por otro lado, no es solo típico del mundo religioso o eclesiástico".
Así, explicó que antes de entrar al servicio de la Santa Sede trabajó en la diócesis de Milán, donde conoció tres casos de pederastia. En dos de ellos la persona que cometió los abusos era el padre y en la tercera, el hermano. "Pero esas noticias no emergen con tanta violencia", concluyó.