(ABC/InfoCatólica) Aunque a partir de ahora el Vaticano tendrá que hacer acopio de toda su dilatada obra y trayectoria del que es considerado patrón de los sacerdotes españoles, fuentes eclesiásticas aseguraron ayer a ABC que de seguir el proceso abierto con toda normalidad, los actos de proclamación como Doctor de la Iglesia –existen apenas medio centenar –podrían celebrarse, en un principio, en la primavera de 2011.
Previamente a estos actos, el próximo mes de mayo, los sacerdotes andaluces celebrarán un encuentro en Córdoba, adonde se trasladarán desde Montilla los restos de San Juan de Ávila, coincidiendo con la efemérides de su muerte el 10 de mayo de 1569.
El llamado "Apóstol de Andalucía", recaló en Córdoba en 1535 llamado por el obispo Álvarez de Toledo para evangelizar estos territorios, y conoció a fray Luis de Granada. Organizó predicaciones por los pueblos andaluces, sobre todo por la Sierra de Córdoba y consiguió muy sonadas conversiones de personas de alto rango. Ante todo, se le tuvo como un excelente predicador y escritor ascético. La casa donde vivió hasta el final de sus días y la Iglesia de la Compañía, donde están sus restos, son lugares de peregrinación.
En la página web Pro-Doctorado de San Juan de Ávila de la Conferencia Episcopal Española se recoge, entre otros documentos, el Mensaje del 26 de noviembre de 1999, de la Conferencia Episcopal Española en el Vº Centenario del Nacimiento de San Juan de Ávila. En él se recordaban los varios “reconocimientos que la Iglesia ha hecho de él: la beatificación, por parte de León XIII el 6 de abril de 1894; la declaración como Patrón principal del clero secular español por Pío XII el 2 de Julio de 1946; la canonización por Pablo VI el 31 de Mayo de 1970”.
Además se hacía público que los obispos españoles habían “presentado al Santo Padre la petición de que sea declarado Doctor de la Iglesia Universal, convencidos de que ello puede contribuir a la gloria de Dios y a la salvación de los hombres”, ya que “como Pablo VI el día de la canonización, pedimos a San Juan de Ávila que ‘sea favorable intercesor de las gracias que la Iglesia parece necesitar hoy más: la firmeza en la verdadera fe, el auténtico amor a la Iglesia, la santidad del clero, la fidelidad al Concilio y la imitación de Cristo tal como debe ser en los nuevos tiempos’”