(RV/Diócesis de Zamora/InfoCatólica) Los otros tres milagros han sido atribuidos a la intercesión de tres venerables siervos de Dios procedentes de Austria, Italia y el Líbano.
Tres decretos conciernen al martirio de tres siervos de Dios procedentes de Rumanía, Alemania y Eslovenia y seis decretos de virtudes heroicas de seis siervos de Dios provenientes: dos de Italia, uno de Eslovenia, uno de Estados Unidos de América, dos de Alemania y uno de la sierva de Dios María Felicia de Jesús Sacramentado, de la Orden de las Carmelitas Descalzas de Paraguay.
Milagro por intercesión de la Beata Bonifacia Rodríguez
Según se relata en la crónica del proceso que se ha seguido para el reconocimiento del milagro que llevará a la canonización de la beata Bonifacia Rodríguez Castro, calladamente, dulcemente, en el marco de la vida ordinaria, Bonifacia se hizo presente en la vida de Kasongo Bavon, comerciante congoleño de 33 años, que quería vivir para que su niña de tres años no quedase huérfana.
Era el 6 de junio. Bavon estaba gravísimo, no había esperanza para él. Nuestras hermanas del Congo y el médico de cabecera, Dr. Muyumba Mukana Patrick, comenzaron a rezar con fe a nuestra fundadora como única tabla de salvación para aquel joven padre que se les iba de las manos. Se les unieron en la oración los enfermeros del hospital. Y el 9 de junio, además, su padre y su cuñado, protestantes, y su mujer y el propio Bavon, neo-apostólicos, que acababan de conocer a Bonifacia.
Y, contra toda esperanza, Kasongo Bavon no se murió. Al día siguiente de la tercera operación, 10 de junio, desde la mañana temprano buscaba con ansia a Sacramento Villalón, Sierva de San José, para que le diera de comer. Era algo así como el signo de Jesús a Jairo cuando le devolvió a su hija, o al centurión cuando le dijo que su criado estaba curado: “dadle de comer”. Bavon se sentía curado y pedía de comer.
Sucedió en Kayeye (Katanga, República Democrática del Congo) en 2003, en el sencillo hospital que dirigimos las Siervas de san José. Se acababa de conocer a nivel privado la fecha de la beatificación de nuestra fundadora y la gravedad de Bavon coincidía con el aniversario de su nacimiento, 6 de junio. Todas las hermanas de la Delegación rezaron pidiendo por su intercesión la curación de Bavon.