(Sic/InfoCatólica) Este es el comunicado de la diócesis: “El Obispo de la diócesis de Acqui, Mons. Pier Giorgio Micchiardi, juntamente con la Postulación de la Causa de canonización, anuncia la próxima beatificación de la Sierva de Dios Chiara Badano”. El solemne rito tendrá lugar el sábado 25 de septiembre, a las 16 horas, en el santuario de la Virgen del “Divino Amore” (Roma–Castel di Leva), presidido por S.E. el Arzobispo Mons. Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.
Posteriormente, a las 20.30 horas, los jóvenes tendrán un encuentro festivo En el aula Pablo VI. El domingo 26 de septiembre, a las 10.30 horas, en la Basílica de S. Pablo Extramuros, será celebrada la Santa Misa de acción de gracias, presidida por S.E. el Card. Tarcisio Bertone, Secretario de Estado.
La iniciativa del proceso de beatificación es del entonces obispo de Acqui, Mons. Livio Maritano, que conoció personalmente a Chiara Badano. Así explicó la motivación:
“Me ha parecido que su testimonio fuera particularmente significativo para los jóvenes. También hoy hay necesidad de santidad. Hay necesidad de ayudar los jóvenes a encontrar una orientación, un objetivo, a superar inseguridades y soledad, sus enigmas frente a los fracasos, al dolor, a la muerte, a todas sus inquietudes. Es sorprendente este testimonio de fe, de fortaleza por parte de una joven de hoy: impresiona, empuja a muchas personas a cambiar de vida, tenemos prueba de ello casi a diario”.
La fundadora del Movimiento, Chiara Lubich, a la que Chiara Badano estuvo estrechamente ligada también por una densa correspondencia, se dirigió a los focolares en marzo de 2000, al concluir de la fase diocesana del proceso, en estos términos: “¡Cuánta luz en nuestra Chiara! ¡Se lee en su rostro, en sus palabras, en sus cartas, en su vida toda dedicada a amar concretamente a muchos! Podemos ‘beber’ de su vida. Es modelo y testigo para jóvenes y adultos: supo transformar su ‘pasión’ en un canto nupcial!”.
La presidenta del Movimiento de los Focolares, María Voce, anunció al Movimiento en el mundo los próximos acontecimientos con estas palabras: “Queremos aprovechar esta ocasión para difundir lo más ampliamente posible, particularmente entre los jóvenes, el mensaje que Chiara Luce nos deja”.
El itinerario
– Fase diocesana del proceso para la causa de beatificación: 1999-2000.
– En el Vaticano: el 3 de julio de 2008 la Sierva de Dios, con el reconocimiento de las “virtudes heroicas”, es declarada Venerable.
– El 19 de diciembre pasado, fue promulgado por la Congregación para las Causas de los Santos, tras autorización del Santo Padre, el decreto relativo al milagro, atribuido a la intercesión de Chiara Badano: se trata de la curación repentina de un niño de Trieste, que sufría una grave forma de meningitis fulminante. Los médicos le dieron 48 horas de vida.
Quién es Chiara Luce Badano
¿Quién es Chiara Luce? Largamente esperada, nace en Sassello el 29 de octubre de 1971 y crece en una familia sencilla que la educa en la fe. Rica en dotes naturales, guapa y deportiva, tiene muchos amigos que la consideran, al mismo tiempo, normal y extraordinaria. Adhiere como Gen (Generación Nueva) al Movimiento de los Focolares fundado por Chiara Lubich, donde descubre Dios como Amor e ideal de la vida, y se compromete a cumplir en cada instante, por amor, su voluntad. Cultiva la amistad con Jesús, que reconoce presente en el prójimo; prefiere a los pequeños, a los humildes y pobres, y entre ellos a los niños de África, donde sueña ir como médico.
Con 17 años, afectada por un tumor óseo, afronta la enfermedad confiando en el amor de Dios. Ante el sufrimiento repite: “Si lo quieres tú, Jesús, también yo lo quiero”. Comunica serenidad, paz y alegría a quien se le acerca. “Chiara Luce” – así la llamaba Chiara Lubich – lanza un mensaje a sus coetáneos: “Los jóvenes son el futuro. Yo ya no puedo correr, pero quisiera pasarles a ellos la antorcha como en las Olimpiadas. Tienen una sola vida y vale la pena gastarla bien”.
El nombre “Chiara Luce (Luz)” se lo dio Chiara Lubich en julio de 1990. Respondiendo a una carta de Chiara Badano, entre otras cosas le escribía: “Gracias también por tu foto. Tu rostro tan luminoso expresa tu amor por Jesús… ‘Chiara Luce’ es el nombre que he pensado para ti. Es la luz de Dios que vence el mundo”.
El 7 de octubre de 1990 se despide de su madre con estas palabras: “¡Sé feliz, yo lo soy!”, para ir al encuentro del Esposo. Su vida es el testimonio de un sí incondicional al amor de Dios, un sí repetido desde pequeña, un sí que, en cordada, con sus padres, con Chiara Lubich, con los jóvenes con los que comparte la misma elección de vida, ha sabido transformar la enfermedad en un camino de luz hacia la plenitud de la Vida. Inmediatamente se divulgó la fama de su santidad.