(SIC/InfoCatólica) Según informa Fátima Martínez en Análisis Digital la archicofradía madrileña de Jesús Nazareno de Medinaceli celebró ayer el III Centenario de su fundación, habiéndose proclamado además este año como Año Jubilar, que comenzó ayer y se prolonga hasta el 21 de noviembre.
El programa de actos de la Archicofradía empezó este domingo con una solemne Eucaristía, presidida por el Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio Mª Rouco Varela, en la Basílica del Cristo de Medinaceli. A los pies del venerado Cristo de Medinaceli se encontraban centenares de cofrades, numerosas autoridades civiles y una multitud de fieles.
En su homilía, el cardenal realizó un repaso histórico de la trayectoria de la imagen del Cristo de Medinaceli, la veneración que el pueblo español ha depositado en Él y los duros años vividos durante su permanencia en Madrid, desde finales del siglo XVII. “300 años de Historia donde la devoción al Cristo de Medinaceli cobra importancia”, señaló y afirmó que “su belleza impresionaba tanto que llegó al corazón de muchos madrileños”. “La imagen llegaba a Madrid en 1688, rescatada de un cautiverio del Norte de África, y dos años más tarde, nacía la Hermandad cuya veneración alcanza hasta nuestros días”, aseguró el prelado.
El cardenal hizo hincapié en los difíciles años vividos en España a principios del siglo XVIII: “problemas en la vida de muchos ciudadanos, dolor, enfrentamiento y pobreza”. “En ese momento, Jesús, con su rostro dolorido y las manos gastadas, era la respuesta al sufrimiento del Pueblo”, aseveró.
Tanto durante la invasión napoleónica como en la Guerra Civil española, “la imagen se salva”. “La diócesis de Madrid y sus obispos la han protegido con mucha gratitud”, recordó a los presentes el arzobispo de Madrid. “Cuando la gente besa al Cristo de Medinaceli besa al Cristo vivo que se anuncia en la Palabra de la Reconciliación, ese beso recibe una respuesta, que es la respuesta que vela”.
El cardenal señaló que “se piden milagros para resolver los problemas laborales, los problemas de justicia y paz que asolan a la Humanidad. A veces se cumplen, otras, no. Pero el milagro de la conversión del corazón del Hombre se produce siempre, reconociendo a Cristo como Salvador”.
El prelado finalizó su alocución recordando que el próximo año se celebrará en Madrid la Jornada Mundial de la Juventud y exhortó también a los jóvenes a reconocer en el Cristo de Medinaceli a su Salvador.