(Efe/InfoCatólica) La de Krass fue la segunda dimisión en ese monasterio en pocos días, pues el miércoles el abad, Barnabas Bögle, cesó por el mismo motivo, contravenir las normativas impuestas en 2002, de tramitar a los superiores todo indicio de sospecha.
Además del registro en Ettal, ayer martes se produjeron nuevos ceses de religiosos, esta vez en la Abadía benedictina de Wechselburg, en Sajonia, donde tres monjes fueron destituidos con efectos inmediatos. Según informó el obispado, existen indicios de que los monjes cometieron actos de pederastia cuando eran profesores en Ettal.
Los presuntos casos de pederastia en Ettal se suman a las sospechas de prácticas generalizadas, en las décadas de los años 70 y 80, reveladas primero en la escuela de élite de los jesuitas Canisius, en Berlín, y extendidas luego a otras instituciones católicas del país. A diferencia del caso de la escuela jesuita, las sospechas relativas al Monasterio de Ettal no se remiten a varias décadas atrás, sino a unos pocos años, por lo que los delitos, de demostrarse, no habrían prescrito.
Reacción de la Conferencia episcopal alemana
La semana pasada la asamblea de la Conferencia Episcopal alemana decidió reaccionar al escándalo nombrando a un coordinador que estará encargado de hacer un seguimiento de las investigaciones sobre los casos ya revelados y de los que puedan aparecer, así como de prestar asesoramiento jurídico a sus posibles víctimas.
Diversas organizaciones estiman que el número de víctimas podría situarse en los 300, aunque en su mayoría la persecución judicial de esos delitos se presenta compleja, ya que en Alemania los delitos de abusos sexuales prescriben a los diez años.