(Agencias/InfoCatólica) “La caridad" afirmó el Santo Padre, "es el distintivo del cristiano. Es la síntesis de toda su vida: de aquello que cree y de aquello que hace. El amor es la esencia de Dios mismo, es el sentido de la creación y de la historia, es la luz que da bondad y belleza a la existencia de cada hombre”.
Tras el rezo del Ángelus y del responso por los fieles difuntos Benedicto XVI ha recordado que este último domingo de enero, se celebra la Jornada Mundial de los Enfermos de Lepra. En este sentido ha recordado la figura del Padre Damián de Veuster, que dio la vida por estos hermanos y hermanas, y al que el pasado mes octubre proclamó santo confiandole a todas las personas que todavía hoy sufren esta enfermedad así como a los agentes sanitarios y voluntarios que se prodigan para que exista un mundo sin lepra, saludando además, a la Asociación Italiana de Amigos de Raoul Follereau.
También el Pontífice ha recordado que hoy se celebra la segunda Jornada de Intercesión por la Paz en Tierra Santa. “En comunión con el Patriarca Latino de Jerusalén y el Custodio de Tierra Santa -ha dicho-, me uno espiritualmente a la oración de tantos cristianos de todas las partes del mundo”.
La crisis económica asimismo ha sido abordada por el Santo Padre que ha recordado que está causando la pérdida de numerosos puestos de trabajo, por lo que esta situación requiere gran sentido de responsabilidad por parte de todos: empresarios, trabajadores, gobernantes. En este sentido el Papa ha aludido a algunas realidades italianas como, el cierre de las fábricas en Termini Imerese (Sicilia) y Portovesme (Cerdeña). “Me uno por lo tanto -ha manifestado Benedicto XVI-, al llamamiento de la Conferencia Episcopal Italiana, que ha animado a hacer todo lo posible para tutelar y hacer crecer la ocupación, asegurando un trabajo digno y adecuado para el mantenimiento de las familias”.