(InfoCatólica) La iniciativa surgida en la Diócesis de Ávila cumple una década animando a compartir en redes sociales la tradición de exhibir el Nacimiento en casa, convirtiéndose en una reivindicación de las costumbres cristianas frente a las modas importadas.
Una década compartiendo fe, cultura y tradición
A las puertas de la Navidad, la campaña 'Yo pongo el belén' ha vuelto un año más con el propósito de animar a los ciudadanos no solo a mantener viva la tradición de poner el belén en casa, sino también a mostrarlo con orgullo en el espacio digital. Auxi Rueda, delegada de medios de la diócesis abulense, explicó en el programa 'Ecclesia al Día' de TRECE que el objetivo va más allá de la simple decoración, tratándose de una invitación a «compartir tradición, fe y cultura».
En un entorno digital saturado de contenidos superficiales, la iniciativa busca aprovechar el poder de conexión de las redes sociales para un fin más profundo. «A través de las redes sociales compartimos muchísimas cosas, la gran mayoría, el 90 por 100, muy banales, y era una manera de decir, bueno, pues las redes también nos sirven para entrelazar a unas personas con otras a través también, en este caso, de la fe», ha afirmado la delegada de medios.
Un procedimiento sencillo con gran impacto
La propuesta es sencilla: que cada familia, parroquia o comunidad que monta su belén, sin importar su tamaño o estilo, comparta una fotografía en sus perfiles sociales utilizando la etiqueta #YoPongoElBelén y citando a la Diócesis de Ávila. El fin es crear un mosaico virtual que muestre las diferentes maneras de vivir la Navidad con un mismo arraigo: demostrar el nacimiento de Jesús.
Esta llamada a la acción ha tenido una respuesta masiva a lo largo de los años. En la campaña de 2024 se consiguieron más de 2.000 imágenes y solo en X se superaron ampliamente los 2 millones de impactos. Las imágenes llegan de belenes «de todo tipo, desde el más original que hayas podido ver y luego belenes clásicos que hemos tenido todos por casa toda la vida», ha comentado Rueda.
Premio al belén más original
Como novedad consolidada, la diócesis entrega un premio con temática navideña a la foto del belén más original, que puede destacar por sus materiales, temática, procedencia o por ser una muestra narrada de la Natividad del Señor. Un jurado compuesto por miembros del Obispado de Ávila falla el premio durante la semana de Navidad. En 2024, el belén ganador fue el «Belén de la Dana», del Ampa del Colegio de San José, en Cáceres.
Una tradición frente a las modas importadas
La campaña también se ha erigido como un baluarte de las costumbres españolas frente a la creciente influencia de tradiciones foráneas. Auxi Rueda ha expresado su preocupación por cómo se importan modas ajenas a nuestra cultura, como «los elfos estos famosos», mientras se arrinconan símbolos con un profundo significado histórico y espiritual.
«No nos damos cuenta de que la tradición cristiana belenística, la que nos trajo el propio San Francisco, pues tiene una riqueza que es impresionante y que debemos conservar», ha defendido. Por ello, la iniciativa quiere ser también «una reivindicación de que esto es lo nuestro».
Sacudirse los complejos
El mensaje principal es claro: hay que dejar atrás cualquier tipo de reparo a la hora de manifestar la fe públicamente. «Tenemos que sacudirnos los complejos y las redes yo creo que nos pueden ayudar mucho a ello», ha sentenciado Rueda. En su intervención, ha cuestionado por qué se exhibe con naturalidad un árbol de Navidad decorado y, en cambio, puede existir cierta reticencia a hacer lo mismo con el belén.
La campaña se enmarca en el tiempo de Adviento, pretendiendo mostrar la alegría y la fe del pueblo cristiano que mantiene arraigadas sus tradiciones navideñas. Estas forman parte del patrimonio de la fe y la cultura, pese a que haya voces que quieren silenciar el fin último y la raíz de estos días de celebración, amparándolos bajo el genérico paraguas de «Felices Fiestas».
Creatividad y arraigo en los hogares españoles
La creatividad es uno de los sellos distintivos de los belenes que participan en la campaña. Al ser preguntada por el más original que recuerda, Rueda no ha dudado en mencionar uno que le impactó en los primeros años: «Tengo la imagen todavía de un belén que estaba hecho en una hogaza de pan, y estaba construido con la miga. Era un misterio precioso».
Otro aspecto curioso que ha desvelado la campaña es una costumbre española muy extendida. A pesar de que la tradición indica que la cuna debe permanecer vacía hasta la medianoche del 24 de diciembre, la realidad es otra. «No me he encontrado ningún Belén que venga la cuna o al pesebre vacío. Yo misma también siempre cuando me encargo de ponerlo, siempre va el niño en la cuna», ha confesado Rueda.
Del magisterio a las casas
Como señaló el Papa Francisco en su Carta Apostólica «Admirabile signum», la costumbre de poner el belén en las casas «es realmente un ejercicio de fantasía creativa, que utiliza los materiales más dispares para crear pequeñas obras maestras llenas de belleza. Se aprende desde niños: cuando papá y mamá, junto a los abuelos, transmiten esta alegre tradición, que contiene en sí una rica espiritualidad popular».
El debate sobre la presencia de símbolos religiosos en el espacio público parece haberse atenuado en España, donde «no hay polémica» actualmente y la presencia del belén «se vive con naturalidad». Miles de personas visitan los nacimientos instalados en lugares públicos, recordando que más allá de las fiestas y las comidas, «lo que celebramos en Navidad es el nacimiento de Jesús, que Dios se hizo hombre».
