Bendición del belén en familia
La colocación del nacimiento en los hogares es una de esas preciosas tradiciones de las que podemos disfrutar gracias a haber nacido en un país cristiano. Con los belenes navideños, los niños pueden familiarizarse con la historia de la infancia de Jesús, contemplándola y fijándola en sus mentes para toda la vida (además de divertirse mucho colocando las figuras, que también es algo bueno). En mi opinión, la costumbre de colocar nacimientos en las casas es, dentro de su sencillez, una de las cosas que han impedido hasta ahora que la Navidad se convierta en algo únicamente comercial o en unas simples “fiestas de invierno”.
Según me cuenta un comentarista, la costumbre de los belenes fue introducida en España por la Reina María Amalia de Sajonia, esposa de Carlos III, en el siglo XVII. María Amalia, hija del Rey de Polonia y de la Archiduquesa de Austria, fue elegida como esposa de Carlos III cuando éste era Rey de las Dos Sicilias y la pareja vivió durante muchos años en Nápoles. Parece ser que allí conoció la Reina los nacimientos (que, según dicen los italianos, se remontan a San Francisco de Asís). Cuando murió el hermano de Carlos, éste se convirtió en Rey de España y aquí se trasladó la pareja, junto con sus hijos. María Amalia no consiguió aclimatarse bien a España y murió al cabo de solamente un año. Sin embargo, durante esos meses tuvo tiempo para introducir en nuestro país los belenes que había visto en Nápoles. La costumbre, a la vez católica y festiva, gustó a los españoles y se ha mantenido hasta nuestros días. Creo que, sólo por esto, los españoles tenemos ya una deuda de gratitud con esta Reina nacida en el norte de Europa y que tan poco tiempo vivió entre nosotros.
Les propongo algo que les ayudará a sacar aún más jugo del belén navideño: realizar, en familia, la bendición del mismo. El día de Nochebuena o algún otro día cercano, una vez que se haya colocado el nacimiento, la familia entera se puede reunir en torno a él y el padre de familia (o la madre, si el padre no puede o no quiere) preside una breve celebración doméstica, que recuerda la historia del nacimiento de Cristo, pide a Dios que la familia pueda aprovechar sus frutos y ruega a Dios su bendición. También se puede aprovechar para cantar algún que otro villancico.
En mi opinión, este momento de oración, si se hace con entusiasmo, les gustará mucho a los niños y servirá para que la colocación del nacimiento no se quede en un simple juego. Incluso se puede convertir en una de las tradiciones navideñas de la familia, que luego sus hijos, al casarse, continúen en sus nuevas familias.
Pueden encontrar la bendición que propone la Iglesia en el Bendicional litúrgico, pero, para facilitar las cosas, se la incluyo aquí, de forma que sólo tengan que imprimirla o copiarla. Incluyo una versión corta primero y luego en versión larga, según los gustos y el tiempo disponible. Espero que les ayude a disfrutar de la Navidad y a que sea un tiempo de gracia para todos.
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BENDICIÓN DEL BELÉN NAVIDEÑO EN FAMILIA (versión corta)
Reunida toda la familia, el padre o la madre de la misma dice:
Oh Dios, Padre nuestro, que tanto amaste al mundo que nos has entregado a tu único Hijo Jesús, nacido de la Virgen María, para salvarnos y llevarnos de nuevo a ti, te pedimos que con tu bendición + estas imágenes del nacimiento nos ayuden a celebrar la Navidad con alegría y a ver a Cristo presente en todos los que necesitan nuestro amor.
Te lo pedimos en el nombre de Jesús, tu Hijo amado, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
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BENDICIÓN DEL BELÉN NAVIDEÑO EN FAMILIA (versión larga)
COMIENZO
Reunida toda la familia, el padre o la madre de la misma dice:
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos se santiguan y responden:
Amén.
El que dirige la celebración puede decir:
Alabemos y demos gracias al Señor que tanto amó al mundo que le entregó a su Hijo.
Todos responden:
Bendito seas por siempre, Señor.
Luego el que dirige la celebración dispone a los presentes para la bendición con estas palabras u otras semejantes:
Durante estos días contemplaremos asiduamente en nuestro hogar este pesebre y meditaremos el gran amor del Hijo de Dios, que ha querido habitar con nosotros. Pidamos, pues, a Dios que el pesebre colocado en nuestro hogar avive en nosotros la fe cristiana y nos ayude a celebrar más intensamente estas fiestas de Navidad.
LECTURA
Uno de los miembros de la familia lee un texto de la Sagrada Escritura.
Lc 2,4-7a: María dio a luz a su hijo primogénito
Escuchad ahora, hermanos, las palabras del santo Evangelio según san Lucas.
En aquellos días, José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para inscribirse con su esposa María, que estaba encinta. Y mientras estaban allí le llegó el tiempo del parto, y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre.
Palabra del Señor.
Después de la lectura, según las circunstancias, puede cantarse un canto adecuado.
PRECES
Sigue la plegaria común:
En este momento en que nos hemos reunido toda la familia para iniciar las fiestas de Navidad, dirijamos nuestra oración a Cristo, Hijo de Dios vivo, que quiso ser también hijo de una familia humana; digámosle: Por tu nacimiento, Señor, protege a esta familia.
Oh Cristo, por el misterio de tu sumisión a María y a José enséñanos el respeto y la obediencia a quienes dirigen esta familia.
Tú que amaste y fuiste amado por tus padres, afianza a nuestra familia en el amor y la concordia.
Tú que estuviste siempre atento a las cosas de tu Padre, haz que en nuestra familia Dios sea honrado.
Tú que has dado parte de tu gloria a María y a José, admite a nuestros familiares, que en otros años celebraban las fiestas de Navidad con nosotros, en tu familia eterna.
ORACIÓN DE BENDICIÓN
Luego el ministro, con las manos juntas, dice:
Señor Dios, Padre nuestro, que tanto amaste al mundo que nos entregaste a tu Hijo único nacido de María la Virgen, dígnate bendecir + este nacimiento y a la comunidad cristiana que está aquí presente, para que las imágenes de este Belén ayuden a profundizar en la fe a los adultos y a los niños.
Te lo pedimos por Jesús, tu Hijo amado, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
O bien:
Oh Dios, Padre nuestro, que tanto amaste al mundo que nos has entregado a tu único Hijo Jesús, nacido de la Virgen María, para salvarnos y llevarnos de nuevo a ti, te pedimos que con tu bendición + estas imágenes del nacimiento nos ayuden a celebrar la Navidad con alegría y a ver a Cristo presente en todos los que necesitan nuestro amor.
Te lo pedimos en el nombre de Jesús, tu Hijo amado, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
8 comentarios
“Nunca llegan al portal
las figuras del belén.
Los pastores se han quedado
sin las piernas por correr.
No encuentran los Reyes Magos
la estrellita de papel.
Los camellos en el musgo
ya no se pueden mover.
El río de plata sigue
desembocando al revés.
La lavandera del lago
nunca acaba de tender.
Herodes hoy ha encendido
las mismas luces de ayer.
En las montañas la nieve
no se puede deshacer.
La Virgen está esperando
y esperando San José.
La comadrona no llega
y ya empieza a anochecer.
El pastor tampoco viene
con la hierba para el buey.
Los hombres no llegan nunca
a la cueva de Belén.
La Virgen está esperando
y el Niño Jesús también.”
Víctor Manuel Arbeloa
"El pueblo que caminaba en tinieblas, ha visto una gran luz"
Un recuerdo muy especial para Yolanda
Una restauracion integral de la familia debe siempre incorporar los sacramentales en el decurso de la vida domestica. En casa siempre tenemos unas cuantas botellitas de agua bendita, para bendecir los cuartos y las camas.
También es buenísimo que los padres bendigan a los niños antes de irse a dormir, o de un viaje.
Dedicar cada estancia de la casa a un santo.
E imágenes, íconos de los santos y de María.
Feliz Navidad, tras un Feliz Adviento para todos
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