(ACIPrensa/InfoCatólica) La Diócesis de Huacho informó que la custodia del Santísimo, robada el pasado 5 de noviembre de la catedral diocesana, ha sido recuperada. El anuncio fue realizado el 2 de diciembre mediante un comunicado en el que la Iglesia local expresó su profunda alegría por este acontecimiento, reconociendo que la misericordia de Dios ha permitido la restitución de una pieza litúrgica destinada al culto eucarístico, el bien más sagrado para los católicos.
En el mensaje, el Obispado manifestó su «alegría por la recuperación de la Custodia del Santísimo» y elevó su acción de gracias al Señor, a quien definió como «fuente de toda esperanza». La diócesis explicó que la custodia ya se encuentra nuevamente en la catedral y que regresará a su lugar habitual en la Capilla del Santísimo, donde será empleada para la adoración eucarística, centro de la vida espiritual de los fieles.
El comunicado también destacó el trabajo de la Policía Nacional del Perú, agradeciendo a los agentes que, mediante «esfuerzos diversos, operativos y diligencias constantes», lograron dar con el paradero del objeto sagrado. La diócesis reconoció que la recuperación no habría sido posible sin la labor perseverante de las autoridades.
Asimismo, se dirigieron palabras de reconocimiento a los fieles que, desde el día del robo, se mantuvieron en oración y ofrecieron actos de reparación. «Sus plegarias han dado fruto: hoy celebramos juntos este motivo de esperanza y alegría», afirmó la diócesis, exhortando a perseverar en la adoración eucarística y a renovar la veneración al Santísimo Sacramento.
Finalmente, la diócesis hizo un llamado a fortalecer la comunión eclesial, recordando que la unidad de la Iglesia se edifica especialmente en torno a la Eucaristía. Los pastores insistieron en que esta experiencia debe impulsar a todos a un compromiso mayor con la defensa de lo sagrado, frente a un mundo cada vez más hostil a la fe y marcado por la cultura de la muerte y el desprecio de lo religioso.
El retorno de la custodia, luego del sacrilegio cometido, constituye para la comunidad de Huacho un signo de esperanza y un estímulo para redoblar la vigilancia espiritual, la oración de reparación y la unidad en Cristo, realmente presente en la Sagrada Eucaristía.








