(InfoCatólica) El papa León XIV comenzó este jueves su primer viaje internacional como pontífice, que le hará recorres Turquía y el Líbano hasta el 2 de diciembre. La visita incluye varias celebraciones ecuménicas, destacando la conmemoración del 1700 aniversario del Concilio de Nicea.
Llegada a Ankara con honores oficiales
El avión papal aterrizó en el aeropuerto internacional de Ankara a las 12.30 horas (hora local), donde el Santo Padre fue recibido con honores militares por el ministro de Cultura y Turismo de Turquía, Mehmet Nuri Ersoy. Tras la bienvenida oficial, un convoy trasladó al Papa al Mausoleo de Mustafa Kemal Atatürk (1881-1938), dedicado al fundador del Estado laico moderno de Turquía.
Un discurso centrado en el simbolismo del puente
En su primer discurso del viaje, dirigido al presidente de la República de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y a representantes del gobierno, la sociedad civil y el cuerpo diplomático, León XIV utilizó la imagen del Puente de los Dardanelos como símbolo de conexión y diálogo.
«El 1700 aniversario del Concilio de Nicea nos habla de encuentro y diálogo. Hoy, más que nunca, necesitamos personas que fomenten el diálogo», afirmó el pontífice en Ankara.
El Papa subrayó que se alegra de «iniciar los viajes apostólicos de mi pontificado en su país, porque esta tierra está indisolublemente ligada a los orígenes del cristianismo y hoy llama a los hijos de Abraham y a toda la humanidad a una fraternidad que reconoce y valora las diferencias».
Los cristianos como parte de la identidad turca
León XIV recordó la figura de Juan XXIII, quien antes de convertirse en Papa fue un delegado apostólico muy respetado en Turquía y se ganó el apodo de «Papa turco». El pontífice aseguró que los cristianos «son y se sienten parte de la identidad turca, tan valorada por Juan XXIII» y también «quieren contribuir positivamente a la unidad de su país».
En un mundo «desestabilizado por ambiciones y decisiones que pisotean la justicia y la paz», el Papa enfatizó que «una sociedad está viva si es pluralista: son los puentes entre sus diferentes almas los que la convierten en una sociedad civil».
Llamamiento contra la globalización de la indiferencia
Evocando a su predecesor, el papa Francisco, quien promovió la «cultura del encuentro», León XIV señaló que «desde el corazón del Mediterráneo, mi venerado predecesor se opuso a la 'globalización de la indiferencia'».
El Santo Padre pidió que la compasión y la solidaridad se consideren criterios de desarrollo: «Por lo tanto, en una sociedad como la turca, donde la religión desempeña un papel destacado, es fundamental el respeto a la dignidad y la libertad de todos los hijos de Dios: hombres y mujeres, compatriotas y extranjeros, pobres y ricos».
Advertencias sobre la inteligencia artificial y el individualismo
El Papa advirtió sobre los riesgos de la evolución tecnológica: «Incluso las inteligencias artificiales reproducen nuestras preferencias y aceleran procesos que, si nos fijamos bien, no fueron llevados a cabo por máquinas, sino por la humanidad. Trabajemos juntos para cambiar la trayectoria del desarrollo y reparar el daño ya causado a la unidad de la familia humana».
León XIV también alertó contra una cultura individualista y el desprecio por el matrimonio y la fertilidad: «A este engaño de las economías consumistas, donde la soledad se convierte en un negocio, hay que responder con una cultura que valore los sentimientos y las conexiones. Solo juntos llegamos a ser nosotros mismos».
El papel de la mujer en la sociedad
El pontífice destacó la contribución femenina: «Las mujeres, especialmente a través de la educación y la participación activa en la vida profesional, cultural y política, están cada vez más comprometidas con el servicio al país y su influencia positiva en el escenario internacional».
Encuentro con el presidente de Asuntos Religiosos
Tras el discurso a las autoridades, el Papa se desplazó a la Presidencia para los Asuntos Religiosos (Diyanet), donde mantuvo un coloquio con Safi Arpaguş, en el cargo desde el 18 de septiembre de 2025. Esta agencia estatal, establecida en 1924, promueve las enseñanzas y prácticas del Islam sunita bajo la jurisdicción de la Presidencia de la República.
La Constitución turca define al país como un Estado laico y garantiza la libertad de conciencia y culto, aunque interpreta de manera restrictiva el Tratado de Lausana de 1923, otorgando estatus legal de minoría solo a cristianos armenios apostólicos, cristianos greco-ortodoxos y judíos.








