(InfoCatólica) La Santa Sede ha logrado cerrar el ejercicio 2024 con un superávit de 1,6 millones de euros, según el Balance Consolidado publicado este miércoles por la Secretaría para la Economía. Este resultado representa un cambio sustancial respecto al déficit de 51,2 millones registrado en 2023, marcando la primera vez en años que el Vaticano termina un ejercicio económico en cifras positivas.
Reducción significativa del déficit operativo
El informe revela que el déficit operativo estructural se redujo casi a la mitad, pasando de 83,5 millones de euros en 2023 a 44,4 millones en 2024. Esta mejora se debe principalmente al incremento de ingresos, que ascendieron a 79 millones de euros más que el año anterior, impulsados por el aumento de donaciones, mejores resultados de la actividad hospitalaria y progresos en la gestión inmobiliaria y comercial.
Los ingresos totales crecieron de 1.152 millones a 1.230 millones de euros interanuales. Este aumento se vio favorecido por una mejor gestión de las fuentes de ingresos estables del Vaticano, incluyendo un incremento del 7% en los retornos del patrimonio inmobiliario y los ingresos comerciales vaticanos.
El papel del Comité de Inversiones
Según la Secretaría para la Economía (SPE), el «resultado financiero de 2024 fue particularmente sólido... y está relacionado con el impacto contable de las ventas de inversiones históricas debido al comienzo de la actividad del Comité de Inversiones». Este organismo, creado por el Papa Francisco en 2022, ha evolucionado hasta convertirse en un centro de poder efectivo entre las instituciones financieras de la curia, dirigiendo funcionalmente las inversiones vaticanas.
La gestión financiera generó resultados positivos por 46 millones de euros, superiores a los del año anterior, gracias a las plusvalías obtenidas por la venta de inversiones históricas. Sin embargo, los ingresos operativos recurrentes aún quedaron por debajo de los gastos operativos presupuestados en más de 33 millones de euros.
Crecimiento de las donaciones externas
Las donaciones externas a la Santa Sede experimentaron un notable incremento de 20 millones de euros respecto al año anterior, alcanzando los 214,9 millones frente a los 194,8 millones de 2023. Este aumento representa un signo alentador de participación renovada de los fieles y las Iglesias locales en la misión vaticana.
Maximino Caballero Ledo, prefecto de la Secretaría para la Economía, explicó que «este incremento representa un signo alentador de participación renovada de los fieles y de las Iglesias locales en la misión de la Santa Sede».
Distribución del gasto apostólico
El análisis del gasto confirma que aproximadamente el 83% de los 393 millones de euros destinados a la Misión Apostólica se concentra en cinco áreas estratégicas. La partida más significativa, con 146,4 millones de euros (37% del total), se destina al apoyo de las Iglesias locales en situaciones de dificultad y contextos de evangelización.
El culto y la evangelización representan el 14% de los recursos, mientras que un 12% se orienta a los medios de comunicación vaticanos. Las nunciaturas apostólicas y las obras de caridad reciben cada una el 10% del presupuesto.
Advertencias sobre la sostenibilidad
A pesar de los resultados positivos, la Secretaría advierte sobre la necesidad de cautela en la interpretación de estas cifras. «Es importante subrayar que esta mejora se debe principalmente a un aumento de las donaciones y a un impacto contable puntual de las inversiones. Será necesario confirmar este progreso en los próximos años», señala el informe.
Caballero enfatizó que «las plusvalías generadas en esta fase no pueden replicarse con la misma intensidad en años posteriores y reflejan la volatilidad natural de la actividad financiera». El prefecto insistió en que «no se trata únicamente de equilibrar el presupuesto, sino de fortalecer nuestra capacidad de utilizar de manera óptima cada contribución recibida».
Desafíos pendientes
Los estados financieros no abordan algunos problemas financieros subyacentes graves en el Vaticano, incluyendo el pasivo no financiado del fondo de pensiones. El año pasado, el Papa Francisco nombró al cardenal Kevin Farrell como único director del fondo de pensiones vaticano, tras informar al Colegio Cardenalicio que el fondo enfrentaba «un serio desequilibrio prospectivo».
Además, la APSA (Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica), el gestor de patrimonio soberano de la Santa Sede, continúa operando sin supervisión de auditoría externa y por debajo de sus propios estándares requeridos de diligencia debida.
Un respiro para el pontificado de León XIV
Estos resultados financieros positivos representan un alivio significativo para el Papa León XIV, elegido a principios de año, contrastando con las dificultades financieras que caracterizaron los últimos meses del pontificado de Francisco. Los números ofrecen apoyo a las afirmaciones de León XIV de que las circunstancias financieras del Vaticano estaban mejorando.
Caballero concluyó que «la dirección tomada es alentadora, especialmente gracias a la reducción del déficit operativo estructural. Ahora se trata de consolidar los avances a lo largo del tiempo».







