El obispo de San Bernardino restablece la genuflexión después del Cordero de Dios hasta el comienzo de la Comunión
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Reafirma y explica la importancia espiritual de la genuflexión en la misa

El obispo de San Bernardino restablece la genuflexión después del Cordero de Dios hasta el comienzo de la Comunión

La decisión responde al creciente deseo de los fieles de una mayor reverencia en la liturgia. En otras diócesis del país, el obispo pide retirar las barandillas comulgatorias.

(InfoCatólica) Monseñor Alberto Rojas ha publicado nuevas normas diocesanas, que entrarán en vigor con el Adviento de 2025, reafirmando la importancia espiritual de arrodillarse durante la celebración eucarística. La decisión responde al creciente deseo de los fieles de una mayor reverencia en la liturgia.

Una tradición enraizada en la fe apostólica

El prelado inicia su instrucción recordando las enseñanzas de Benedicto XVI, quien sostenía que el corazón del creyente debe buscar constantemente la manera más justa de honrar a Dios.

La liturgia, explica monseñor Rojas, es un acto recibido, un patrimonio vivo que surge de la predicación apostólica y se ha forjado a lo largo de los siglos. Si el rito romano solicita regularmente que la asamblea se arrodille en presencia de la Eucaristía, no es por automatismo ni arcaísmo: es porque el cuerpo expresa lo que el alma cree.

Fundamento canónico de la decisión

El obispo recuerda que la Instrucción General del Misal Romano confía explícitamente a los obispos diocesanos la responsabilidad de determinar si los fieles deben permanecer de rodillas entre el Cordero de Dios y la comunión. Esta libertad, subraya monseñor Rojas, no es un capricho: está inscrita en el propio rito.

«Cada obispo tiene la obligación de discernir seriamente, según su propia oración, los gestos y actitudes corporales que comuniquen a los fieles que el Señor Resucitado está realmente presente», explica en el documento. Su decisión, precisa, «no es ni correcta ni incorrecta en sí misma», puesto que la liturgia prevé este margen pastoral.

Las normas para comulgar no cambian

El obispo recuerda una norma, muchísimas veces violada por sacerdotes y obispos, con el consentimiento de sus superiores: "las nuevas normas no afectan la forma de recibir la Comunión. En conformidad con el n.º 160 de la IGMR y Redemptionis Sacramentum, la postura normal para recibir la Sagrada Comunión es de pie, y puede hacerse en la lengua o en la mano. Quien desee recibir en la lengua de rodillas no debe ser impedido. La forma de recibir la Comunión la determina el fiel, no los ministros, ni siquiera el sacerdote o el obispo. La Sangre de Cristo debe recibirse de pie".

Historia y evolución del gesto

El prelado también aborda la larga historia del gesto de ponerse de rodillas, que a menudo se reduce a una costumbre pero que fue en realidad la expresión progresiva de una conciencia eucarística cada vez más profunda. Los primeros cristianos adoptaban a veces la posición de pie, signo de la Resurrección, pero nunca dejaron de reconocer que ponerse de rodillas era un acto de adoración.

«Arrodillarse ha sido normativo desde la Edad Media y obligatorio para los católicos solo a partir del siglo XVI», detalla el comunicado. El gesto no tiene nada de obsoleto: es una manera de entrar humildemente en la luz de Aquel que se entrega.

Consideraciones pastorales

La Iglesia, fiel a su tradición, nunca impone lo imposible. Quienes, por razón de edad o fragilidad, no pueden arrodillarse, están invitados a expresar su fe mediante una inclinación profunda. Lo esencial no es la materialidad física, sino la verdad del corazón: es la disposición interior la que otorga al gesto su significado.

Un movimiento de redescubrimiento

Esta decisión se inscribe en un movimiento más amplio de redescubrimiento del sentido de la adoración, particularmente visible entre numerosos jóvenes católicos. Muchos aspiran a una liturgia más silenciosa, más contemplativa, donde cada gesto posea un sentido y una profundidad.

El planteamiento de la diócesis de San Bernardino no es, por tanto, un retroceso, sino un retorno a lo esencial: situar el misterio eucarístico en el centro, con una coherencia nueva entre la fe profesada y el gesto realizado.

Las nuevas normas diocesanas

Las normas promulgadas establecen que, tras el Cordero de Dios, los fieles de la diócesis volverán a arrodillarse hasta ponerse de pie para la procesión de la comunión. Quienes no puedan arrodillarse por edad o enfermedad no están obligados a hacerlo y pueden permanecer de pie o sentados.

En lugares donde no hay reclinatorios, los fieles pueden optar por permanecer de pie o arrodillarse y no se les debe indicar otra cosa. Las normas no afectan la forma de recibir la Sagrada Comunión, que sigue siendo de pie y puede recibirse en la lengua o en la mano.

«Tengo la más sincera esperanza de que estas nuevas normas sosieguen los corazones, ilustren la unidad de la Iglesia local y ayuden a toda la diócesis a recordar la oración de Jesús: que todos sean uno», concluye monseñor Rojas.

Nuevas normas diocesanas sobre cuándo arrodillarse

(Para la implementación en Adviento de 2025)

Queridos hermanos y hermanas:

Reciban mis deseos de paz para ustedes y su familia. El Papa Benedicto XVI comentó una vez que ser católico creyente implica buscar constantemente la manera correcta de honrar al Dios vivo. En muchos sentidos, la irrupción de Dios en la historia humana significa que la Iglesia siempre ora, fundamentada en la predicación de los Apóstoles, en una tradición cultural, teológica, mística y litúrgica conocida como Rito. Para la Diócesis de San Bernardino, ninguna tradición ritual es tan importante como la que sembró la sangre de los santos Pedro y Pablo en Roma.

El Rito Romano es único, ya que solicita periódicamente que los fieles se arrodillen ante la Eucaristía, un hecho que, desde el Concilio, ha generado gran desasosiego. Partiendo del hecho de que todo obispo, como principal liturgista de su diócesis, debe esforzarse por aumentar la devoción eucarística de su pueblo, y habiendo escuchado el deseo del pueblo de una mayor reverencia, quisiera promulgar las siguientes normas, explicando cuatro puntos:

1. Discreción del Obispo en el momento del Cordero de Dios

El n.º 43 de la IGMR deja la cuestión de arrodillarse después del Cordero de Dios hasta el comienzo de la Comunión al juicio del Obispo diocesano. Todo obispo tiene la obligación de discernir a conciencia, a la luz de su propia oración, los gestos y las posturas corporales que indiquen a sus fieles que el Señor Resucitado está presente. La decisión de cada obispo no es ni correcta ni incorrecta, ya que la norma en el rito lo concede.

2. Posturas tradicionales

Tanto arrodillarse como permanecer de pie son posturas «tradicionales» del Rito Romano. Arrodillarse ha sido normativo desde la Edad Media y obligatorio para los católicos solo desde el siglo XVI. El n.º 6 de la IGMR nos llama a restablecer el rito conforme a la norma de los santos Padres. Algunos permanecían de pie, otros se arrodillaban; ambas posturas están en línea con lo recibido.

3. Consideración por la incapacidad

La Iglesia no exige imposibles. A lo largo de la historia, si alguien no podía arrodillarse por edad o enfermedad, siempre se le ha permitido sentarse y hacer una reverente inclinación durante la consagración del pan y el vino.

4. Normas sobre la recepción de la Comunión

Las nuevas normas no afectan la forma de recibir la Comunión. En conformidad con el n.º 160 de la IGMR y Redemptionis Sacramentum, la postura normal para recibir la Sagrada Comunión es de pie, y puede hacerse en la lengua o en la mano. Quien desee recibir en la lengua de rodillas no debe ser impedido. La forma de recibir la Comunión la determina el fiel, no los ministros, ni siquiera el sacerdote o el obispo. La Sangre de Cristo debe recibirse de pie.

Normas promulgadas por el Obispo

Norma 1

En conformidad con las instrucciones del n.º 43 del Misal Romano, después del Cordero de Dios, los fieles volverán a arrodillarse hasta ponerse de pie para la procesión de la Comunión, recibiéndola a su criterio. Tras la recepción, la postura debe reflejar conciencia del misterio en su boca y cuerpo.

Norma 2

Las personas incapaces de arrodillarse por edad o enfermedad no están obligadas a hacerlo. Pueden permanecer de pie o sentarse y hacer una inclinación de cabeza si corresponde.

Norma 3

En lugares sin reclinatorios, los fieles pueden optar por permanecer de pie o arrodillarse. A quienes permanezcan de pie no se les debe indicar que hagan otra cosa. Si hay almohadillas u otros medios para facilitar el arrodillarse, quienes deseen hacerlo pueden seguir la norma.

Mensaje final

Hermanos y hermanas, espero sinceramente que estas nuevas normas tranquilicen corazones, ilustren la unidad de la Iglesia local y ayuden a recordar la oración de Jesús en el Evangelio de San Juan: «que todos sean uno».

Paz y bendiciones,

Most Reverend Alberto Rojas

Obispo de la Diócesis de San Bernardino

 

13 comentarios

veritas liberabit
Creo que es de San Agustín : "Nadie se acerque a este Sacramento sin haberlo antes adorado debidamente".
Los cambios que se han introducido de quedarse de pie, ante la presentación de Cristo eucaristico, "este es el Cordero de Dios" se ven poco coherentes. El Sacerdote hace genuflexión ante el Santísimo, antes de la presentación, y el pueblo se queda de pie.
Personalmente cuando el sacerdote hace genuflexión algunos fieles nos arrodillamos con él. Parece más coherente y profundo.
Como también se ha quitado la doble genuflexión ante el Santísimo expuesto. Me parece muy bien lo que hacen los otros pero, como se suele decir, se puede dar la mano para saludar pero, ante un gran amigo o por emoción de acontecimientos, el gesto de dar las dos manos es muchas veces el más apropiado. Tal vez con Dios no lo sea para algunos pastoralistas y teologos, pero hay cosas en las que debe mandar el corazón ¿o no? Ah!, y con lo externo retirado es más fácil perder la perspectiva del misterio y de la Presencia real de Cristo.
25/11/25 6:16 PM
Un agradecido
Gracias por publicar esta reconfortante buena noticia. Saludos en Cristo y la Santísima Virgen María.
25/11/25 10:32 PM
María Esther Martinez Gonzalez
Yo en las misas que e asistido siempre cuando el Sacerdote eleva el cuerpo de Cristo yo me inco porque nos esta mostrando al (Cordero de Dios ) en ese pedaso de pan con su cuerpo su sangre su alma y su Divinidad como esta en el cielo
25/11/25 11:24 PM
Lector
Cuando yo era pequeño era ya la misa nueva, pero la gente seguía arrodillándose después del "Cordero de Dios" y en el momento de comulgar. Luego se les pasó porque nadie se lo reforzaba, y hoy los fieles no se arrodillan casi nunca. Entre ambos momentos, se han vaciado seminarios y conventos y se aborta y se eutanasia al prójimo como quien va a la peluquería.
26/11/25 12:17 AM
Rexjhs
Yo y otros muchos lo hacemos desde hace muchos años. Es connatural para ese momento de la misa, donde el sacerdote hace la elevación de la hostia (Cristo va a ser elevado sobre los hombres en su crucifixión) y luego inmolado (se comulga)
26/11/25 9:19 AM
Ximo
Pues muy bien. Es lo que se hace en la Santa Misa Tradicional.
26/11/25 9:20 AM
Chico
Veo que no son tenidas en cuenta las reglas ortográficas para escribir en español. El nivel escolar ha bajado mucho
26/11/25 1:50 PM
anawim
Lo primero que tiene que haber para que podamos hacer uso de nuestra libertad es reclinatorios con la posibilidad de comulgar de pie o de rodillas. Si ponen barandillas de forma obligatoria en todos los templos, es doble ventaja porque bastantes fieles tienen que aprender que el altar es algo sagrado, no es subir unas escaleras y hay una mesa, no. El altar aunque es una mesa porque es un banquete, es el altar del sacrificio, y la forma de enseñar esta sacralidad es dificultar el acceso con barandillas cerradas al pueblo, y ya de paso es otra opción a la comunión de rodillas.
Pero tenemos ya mucho miedo, a ver si hacemos esto y no viene a Misa ni la mitad; haber si hacemos esto y alguien se ofende, y comienzan la calumnias contra la Iglesia, que haberlas ahílas, ... que el demonio es muy listo, heriremos al pastor y se dispersarán las ovejas.
26/11/25 3:54 PM
Lyanna
En las Parroquias donde asisto a veces, sola, a veces con mi esposito, la única vez que hubo reclinatorio para recibir a mi Jesús fue el día de nuestro matrimonio.
Incluso en pandemia, como es costumbre entre los dos, nos arrodillamos en el puro piso y aunque nuestro jefe (el Párroco) me decía "párese Lyanna" yo lo miraba queriendo decirle "No quiero, ni puedo" y no me obligó ni me regañó jamás.
El sacerdote que nos dio la charla matrimonial y que tristemente murió en pandemia recalcaba a mi esposo:
"Siempre lleve a su esposa de la mano y siempre al pasar a comulgar, van de la mano y se arrodillan así sea en el puro piso".
Y hasta el día de hoy, ¡así lo hemos hecho! ❤️
26/11/25 5:35 PM
María Sánchez
Bendito y adorado sea por siempre Jesús Sacramentado.
Gloria al Señor.
26/11/25 10:49 PM
Lector
Chico:
Cuando se concluye un comentario, debe añadirse al texto punto final.
27/11/25 8:25 AM
maru
Veo mal que cada obispo marque su propia norma. En lo mas importante de la Iglesia, que es la Eucaristía, la norma tenía que ser la misma para todas las parroquias y templos del mundo.
27/11/25 10:08 AM
En vos confío
Precioso documento. Muchas gracias.
27/11/25 11:16 AM

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