(Kathpress/InfoCatólica) El mes de diciembre no está únicamente marcado por la preparación litúrgica del Adviento, sino que la Iglesia católica también conmemora en este periodo el recuerdo de santos muy populares cuya vida y legado ofrecen modelos de fe.
El primer día señalado es el 4 de diciembre, dedicado a Santa Bárbara. Ella es patrona de los mineros y arquitectos, y figura entre los catorce santos auxiliares. Además, se relaciona con la Navidad: en su festividad se acostumbran a cortar ramas de cerezo, colocarlas en agua y esperar que florezcan para la Nochebuena, simbolizando el nuevo nacimiento. Según la tradición, Bárbara era originaria de Asia Menor, murió mártir en el año 306 por su fe cristiana, y al día de su muerte habría florecido una rama de cerezo que ella había introducido en agua.
Luego, el 6 de diciembre se celebra la memoria de San Nicolás de Myra, obispo del siglo IV en la región de Licia (actual Turquía). Hijo de padres acomodados, habría repartido su herencia entre los pobres. Numerosas leyendas giran en torno a él: por ejemplo, que resucitó a tres alumnos asesinados o que facilitó la dote de tres jóvenes para que no tuviesen que recurrir a la prostitución. Su culto está muy extendido y su recuerdo ha derivado en muchas tradiciones populares.
Finalmente, el 8 de diciembre la Iglesia celebra la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. No se trata de conmemorar la concepción virginal de Jesús, sino la doctrina de que María por gracia de Dios fue preservada del pecado original desde el primer instante de su ser. Este dogma fue proclamado en 1854 por el papa Pío IX. En el contexto austríaco, el 8 de diciembre posee una tradición centenaria que llega incluso a la época de la reforma y de la Segunda Guerra Mundial, habiéndose restablecido tras la misma mediante una iniciativa ciudadana de grandes proporciones.
Estas tres fechas ofrecen a los fieles momentos de reflexión y celebración en medio del Adviento, ligando la preparación a la Navidad con la memoria de quienes vivieron valores de fe, esperanza y caridad.
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