(InfoCatólica) El cardenal Raymundo Damasceno Assis ha presentado su renuncia «unilateral e inapelable» al cargo de comisario pontificio para los Heraldos del Evangelio, según confirma Gaudium Press. La decisión del purpurado brasileño se produce tras más de cinco años al frente de esta misión y en medio de una prolongada controversia sobre la gestión.
El comisariado y sus dificultades
Según decreto del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica del 21 de septiembre de 2019, Damasceno fue designado «comisario pontificio» para los Heraldos del Evangelio, asumiendo esta tarea después de la Visita Apostólica dirigida por el cardenal Jaime Spengler. Aquél primer comisariado tuvo que regularizarse por otra de las arbitrariedades canónicas tan frecuentes en el anterior pontificado.
Su renuncia coincide con la publicación del libro «El Comisariado de los Heraldos del Evangelio – Sancionados sin Diálogo, sin pruebas, sin defensa – Cronología de los Hechos 2017-2025», obra de los heraldos José Manuel Jiménez Aleixandre y Juliane Vasconcelos Almeida. El reconocido vaticanista Andrea Gagliarducci ha destacado este caso como uno de los asuntos pendientes del pontificado de Francisco, señalando que se trata de «una suspensión y una intervención postergada sine die debido a acusaciones nunca realmente probadas».
El frustrado intento de conclusión
Según el relato del libro mencionado, el cardenal Damasceno viajó a Roma en febrero de 2024 con la perspectiva de finalizar el comisariado. Se entrevistó con el Cardenal Farrell, prefecto del dicasterio para los Laicos, y con el Cardenal Secretario de Estado Parolin, aunque el Cardenal Braz de Aviz, prefecto del dicasterio para los religiosos, «se negó rotundamente a recibirlo».
A inicios de marzo, Damasceno recibió una comunicación contradictoria del cardenal Braz de Aviz. Aunque inicialmente se reconocía que «tras cinco años de seguimiento, ha llegado el momento de concluir la misión», posteriormente se negaba esa posibilidad alegando que «no han sido suficientemente profundizadas» las «áreas de verificación e intervención».
Un proceso controvertido
La intervención en los Heraldos del Evangelio, que comenzó con una Visita Apostólica en 2017, ha generado numerosas controversias. Según el libro publicado, se han interpuesto más de treinta demandas civiles contra la institución, todas resueltas favorablemente para los Heraldos mediante sobreseimiento o absolución.
El vaticanista Gagliarducci ha subrayado que la intervención ha afectado a «una de las realidades más prósperas de las congregaciones religiosas, con presencia en 78 países», que fue «la primera asociación religiosa erigida por la Santa Sede en el nuevo milenio» y que contó con el apoyo de Juan Pablo II.
Incertidumbre sobre el futuro
Con la renuncia de Damasceno, de 88 años, surgen interrogantes sobre el futuro de los Heraldos del Evangelio. La prolongada intervención ha generado lo que los críticos denominan «asfixia vocacional», impidiendo el ingreso de nuevos miembros y bloqueando las ordenaciones diaconales y sacerdotales.
El caso plantea cuestiones fundamentales sobre la gestión de los carismas en la Iglesia y la aplicación de la eclesiología del Concilio Vaticano II, que establece que los carismas «deben ser recibidos con gratitud y consuelo, porque son muy adecuados y útiles a las necesidades de la Iglesia».
Un cardenal con amplia trayectoria
Damasceno Assis, nacido en Capela Nova en 1937, fue ordenado sacerdote en marzo de 1968 tras estudiar teología en la Universidad Gregoriana de Roma. Su carrera eclesiástica incluye 18 años como obispo auxiliar de Brasilia, el arzobispado de Aparecida entre 2004 y 2016, y su elevación al cardenalato por Benedicto XVI en el consistorio del 20 de noviembre de 2010.
El cardenal presidió el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) entre 2007 y 2011, y la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil de 2011 a 2015. Como presidente del Celam y arzobispo de Aparecida organizó la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, celebrada en esa ciudad en mayo de 2007.







