(InfoCatólica) El presidente de la Fundación Heritage, Kevin Roberts, inauguró el 27º Congreso Católicos y Vida Pública (CCyVP) organizado por la Asociación Católica de Propagandistas en Madrid con un enardecido discurso que partió de un diagnóstico duro pero concluyó con una llamada a la acción esperanzada.
Un diagnóstico desolador de la situación occidental
Bajo el título «Iluminando: recuperar la cristiandad con fervor y sin complejos», Roberts dibujó un escenario desolador: «Occidente, al que ya pocos se molestan en llamar cristiandad, está cayendo en ruinas, renunciando a su pasado, desperdiciando su presente y abdicando de su futuro».
El dirigente conservador estadounidense describió una civilización donde «nuestras iglesias están vacías, nuestras escuelas están cerrando, nuestro arte y nuestra arquitectura son feos, la política se ha convertido en nuestra religión, tratamos a los niños como adultos y a los adultos como niños». Una realidad en la que «hemos cambiado el matrimonio por la pornografía, la comunidad por los clics y la aventura de la santidad por la realidad virtual».
La responsabilidad de las élites globalistas
Roberts centró la responsabilidad de esta crisis en las élites globalistas. «La narrativa oficial de la élite mundial dice que la era de la cristiandad ha pasado, que la luz de la civilización occidental se está apagando», apuntó, antes de sentenciar que se trata de «una mentira».
Según su análisis, estas élites «dirigen el mundo, controlan las instituciones, la economía, la industria, la cultura, la tecnología, la educación y los medios de comunicación». Sin embargo, defendió que «no es Occidente el que está dividido, decadente y desesperado», sino que es «la clase dirigente privilegiada, con sus falsos ídolos, su sofisticación fingida y su materialismo vacío, la que se está derrumbando».
Motivos tangibles para la esperanza
Frente al discurso pesimista, Roberts ofreció ejemplos concretos que alimentan la esperanza. Destacó el renacer vocacional en muchas diócesis de Estados Unidos, especialmente «las más pequeñas», y el hecho de que la nueva generación de sacerdotes norteamericanos «sea la más ortodoxa que hemos visto en generaciones» y que además «dan prioridad a la adoración eucarística sobre el cambio climático».
También mencionó el gran número de bautizos de adultos en Francia, Bélgica o Austria, así como el entusiasmo que ha supuesto la elección del primer Papa estadounidense. En Francia, detalló, «hubo más de 10.000 conversos esta primavera, más que nunca».
La esperanza como virtud activa
El presidente de la Fundación Heritage se sumó a las palabras del Papa Francisco, quien expresó que «la esperanza no es una virtud pasiva que se limita a aguardar a que se sucedan las cosas», sino que es una virtud «sumamente activa que ayuda a que sucedan». En este sentido, sentenció: «Quienes tienen los ojos puestos en Dios, tienen las manos ocupadas».
Roberts recordó el ejemplo de San Juan Pablo II durante la lucha contra el comunismo: «Al inicio del pontificado de San Juan Pablo II, la cultura occidental estaba, si acaso, peor que hoy. El comunismo estaba en ascenso. Sin embargo, en esa época en la que Occidente tropezaba, Juan Pablo se mantuvo firme».
Referencias políticas y llamada a la acción
En referencia a los movimientos políticos que están surgiendo como respuesta a «las instituciones que nos han decepcionado a todos», Roberts citó a diversos líderes como Viktor Orban, Giorgia Meloni, André Ventura y Santiago Abascal. Sobre Donald Trump, afirmó que «lo único que está haciendo es salvar a Estados Unidos y a Occidente» y destacó que «es nuestro presidente más influyente desde Ronald Reagan».
Roberts defendió que «por primera vez en décadas, el futuro está realmente en debate. Occidente volverá a decidir por sí mismo hacia dónde nos dirigimos». Por ello, animó a actuar: «Tenemos que poner nuestra esperanza en Dios y ponernos manos a la obra. Recuerda, tener esperanza es construir».
Un mensaje final de urgencia
Para concluir, el dirigente conservador hizo una llamada específica a la acción: «Lo único que los cristianos no pueden hacer hoy es esperar. No esperen un milagro. Al fin y al cabo, estamos en España. El milagro está a tu alrededor. La luz sigue brillando en la oscuridad».
Roberts apeló a la unión de la sociedad cristiana: «Construir la cristiandad se logra de manera conjunta, con unidad. Debemos poner a las familias en el centro de la vida pública y llenar las lagunas con esperanza».







