(Zenit/InfoCatólica) El caso de Shazia “es solo uno de los muchos episodios de malos tratos y humillaciones que los cristianos sufren – especialmente los más pobres – cuando son empleados como trabajadores (para servicios a menudo muy humildes) en casas de musulmanes”, recuerda Fides.
La menor recibía mil rupias al mes (unos 12 dólares US) con los que ayudaba a su familia, compuesta por los padres, dos hermanas casadas y un hermanito de 8 años.
Los padres afirman que desde hacía días no se les permitía ver a su hija. Tras muchas peticiones, se la devolvieron con signos evidentes de violencia y torturas. La llevaron inmediatamente al hospital Jinnah de Lahore, pero los médicos no pudieron hacer nada por salvarla.
El abogado intentó comprar el silencio de los padres ofreciendo 20.000 rupias (unos 250 dólares), pero ellos denunciaron lo sucedido.
En un primer momento, la policía no quería hacer indagaciones, pero las protestas de los cristianos llevaron el caso a la atención de la opinión pública.
El presidente de Paquistán, Ali Zardari, ha ofrecido un resarcimiento de 500.000 rupias (unos 6.000 dólares) para la familia de Shazia, mientras que el ministro de los Asuntos de las Minorías, Shahbaz Batti, ha asegurado que “los culpables serán llevados ante la justicia”.
Situación insostenible
Francis Mehboob Sada, católico, Director del Christian Study Center de Rawalpindi, declaró a Fides que “el trágico caso de Shazia no será el último. Es muy triste. La niña fue torturada y asesinada sin ningún motivo”.
“Era joven, débil y cristiana, por tanto la víctima perfecta. Sentimos indignación por una situación que es insostenible”, añadió.
El Christian Study Center es un lugar ecuménico de documentación, estudio y reflexión, muy apreciado por su trabajo como observatorio e información sobre las condiciones de los cristianos en Paquistán.
“Los cristianos son perseguidos y no son tratados como los demás ciudadanos. Somos discriminados. En la sociedad los cristianos, especialmente de las familias pobres, sufren todo tipo de violencia y vejaciones. Hemos documentado una serie de casos que lo atestiguan. La policía y el Gobierno no hacen mucho para protegernos y, a menudo, muchos casos acaban con la impunidad”, denunció.
Según Mehboob Sada, últimamente “los cristianos han corrido el riesgo de limpieza étnica”, y viven “tiempos de inseguridad y precariedad”.
“Los culpables son conocidos – admite – son los militantes de una organización extremista ya prohibida por el Gobierno”.
El caso de Shazia ha sido condenado también por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y por otras organizaciones activas en la sociedad civil, mientras que algunas asociaciones de abogados han defendido a Chaudry Muhammad Neem.