(TheJerusalemPost/InfoCatólica) El hallazgo tuvo lugar en Topraktepe, un yacimiento identificado con la antigua ciudad bizantina de Irenópolis, situada en la actual provincia turca de Osmaniye. Los arqueólogos encontraron cinco panes carbonizados que, según los expertos, podrían haber sido utilizados en celebraciones litúrgicas por una comunidad cristiana rural dedicada principalmente a la agricultura.
«Estos panes de más de 1.300 años de antigüedad arrojan nueva luz sobre un capítulo fascinante de la vida bizantina. Demuestran que la fe iba más allá de las oraciones y ceremonias, manifestándose en objetos que daban significado espiritual a una necesidad humana básica: el pan», explicó uno de los miembros del equipo de excavación.
Los investigadores indicaron que los panes se conservaron gracias a un incendio repentino que los carbonizó, preservando su forma y decoración. Las autoridades provinciales calificaron el descubrimiento como «uno de los ejemplos mejor conservados identificados hasta la fecha en Anatolia», según informó el diario Posta.
El yacimiento de Topraktepe ya había revelado restos de necrópolis, cámaras excavadas en la roca y fortificaciones, pero pocos objetos habían reflejado de manera tan directa la devoción cotidiana de sus habitantes. «Este hallazgo se interpreta como una muestra del valor simbólico de la abundancia y del trabajo en la espiritualidad de la época», añadió un comunicado oficial citado por Star.
Los especialistas destacaron que estas evidencias rurales difieren de las formas de culto urbano en Constantinopla, mostrando cómo la religiosidad campesina permanecía estrechamente unida al ciclo agrícola. Irenópolis, situada en una ruta comercial, vivía del cultivo y el pastoreo; por ello, representar a Cristo como sembrador reflejaba fielmente la vida y el espíritu de aquella comunidad cristiana.
Según publicó La Vanguardia, los investigadores relacionan la inscripción con el pasaje del Evangelio según san Juan (6,35): «Yo soy el pan de vida». De este modo, el hallazgo aporta un nuevo contexto arqueológico para una de las metáforas más profundas de la fe cristiana.
El equipo de arqueología prevé realizar análisis químicos y botánicos para determinar qué tipos de cereales y fermentos se emplearon en la elaboración de los panes. También buscan establecer si se trataba de pan eucarístico, utilizado en la celebración litúrgica, o de pan bendecido distribuido entre los fieles. Además, esperan localizar una capilla cercana que habría servido para conservar los panes antes de su uso.
«La conservación de pan litúrgico del siglo VII u VIII es extremadamente rara. Los panes de Topraktepe constituyen, por tanto, una ventana única hacia el culto cristiano primitivo», concluyó el equipo de investigación.







