(Tribune Chrétienne/InfoCatólica) El cardenal comenzó la entrevista recordando la postura de la Iglesia sobre la defensa de la vida:
«El Concilio Vaticano II definió el aborto como un gran crimen, como un crimen abominable. Esa es la posición oficial de la Iglesia.»
Refiriéndose a Francia, se pronunció sobre la inclusión del aborto en la Constitución:
«Inscribir el aborto en la Constitución es burlarse de Dios. Como país cristiano, inscribir el aborto en la Constitución es una afrenta directa a Dios.»
Tras referirse a lo que describió como una cultura de la muerte en Occidente, destacó ciertos signos procedentes de otros lugares, en particular de Estados Unidos. Al hablar sobre el presidente Donald Trump, declaró:
«Excluir a Dios de la sociedad es suicidarse. […] Aplaudo positivamente esta decisión de Trump de devolver a Dios al centro de la vida pública.»
También se refirió a la libertad de expresión y a la situación en Occidente. Sobre el asesinato de Charlie Kirk, señaló:
«Vivimos en una democracia, pero ¿no se permite que alguien tenga un lenguaje diferente al nuestro? Todo el mundo se ha visto afectado por este asesinato. En un país civilizado, es horrible.»
También se pronunció sobre la eutanasia:
«Ningún gobierno, ninguna autoridad tiene derecho a decidir sobre la vida o la muerte de alguien. No tienen ningún derecho a hacer eso. […] Condeno eso firmemente.»
Ante las críticas que recibe por sus palabras, el purpurado indicó que él solo dice lo que le corresponde:
«Yo nunca me pronuncio en el ámbito de la política. […] Soy una voz de Dios, eso es todo. […] Algunos pueden aprovecharse de lo que digo, pero mi palabra no es la de un partido.»
En relación con la misión de la Iglesia, declaró:
«La Iglesia es esposa y madre. […] No es ni de los pobres ni de los ricos, es la madre de todos los pueblos. Hay que evitar esas calificaciones de la Iglesia con apariencia política e ideológica.»
Sobre el acceso de la mujer al sacramento del orden sacerdotal, recordó la doctrina infalible de la Iglesia:
«Esta cuestión está definitivamente resuelta por Juan Pablo II: no existe el sacerdocio femenino. […] La Iglesia no tiene ningún poder para ordeanr sacerdotes mujeres.»
También abordó la necesidad de mantener la fidelidad a la doctrina católica:
«Lo que la Iglesia debe enseñar es la enseñanza del Magisterio, no la de los teólogos. La doctrina puede evolucionar, pero debe conservar la misma naturaleza.»
Sobre los abusos dentro de la Iglesia, declaró:
«Es triste y doloroso, pero el informe muestra que solo el 3% ha cometido ese tipo de actos. […] Creo que se exageran un poco las faltas graves. Es una manera de hacer callar a la Iglesia y de decir: “cállate, porque tú también eres mala”.»
Respecto al Motu Proprio Traditionis Custodes y la guerra litúrgica, Sarah mostró su pesar:
«Hemos convertido la misa en un campo de batalla. Y estamos profanando la Eucaristía. […] Los cristianos que practican hoy son los que asisten a la misa tradicional. ¿Por qué prohibírselo? Hay que animarles.»
Y añadió:
«Pienso que el papa León XIV actuará en ese sentido.»
En relación con la profanación LGTBI en San Pedro, fue contundente:
«Lo peor es que han introducido la bandera LGBT en la basílica. Para mí, eso es insultar a Dios, es una agresión física a Dios.»
Aunque a su vez matizó:
«Cada persona debe ser respetada, pero cada persona también debe respetar las leyes y la doctrina de la Iglesia. […] Admitir que dos personas del mismo sexo se unan no tiene sentido.»
Sobre Europa, afirmó que hay una persecución ideológica de la fe:
«La persecución física que sufren algunos pueblos en África o en Asia es menos grave que la persecución ideológica que sufrís en Occidente. […] Vuestras raíces cristianas están siendo anestesiadas.»
Y añadió:
«No es porque un Estado sea laico que debe cortar con sus raíces. No podemos negar nuestras raíces cristianas.»
El Prefecto Emérito de Culto Divino dio su parecer sobre el fenómeno migratorio:
«Los emigrantes vienen a Europa porque piensan que al llegar aquí lo tienen todo, que esto es el paraíso… Pero ayudémosles a desarrollarse en su tierra para que permanezcan allí.»
Y citó a Benedicto XVI:
«Si solo das pan a tu pobre, no le has dado nada. Si acoges a los migrantes, dales a Dios y tu fe.»
En cuanto a la cuestión ecológica, señaló:
«La naturaleza, el mundo y la creación son obra de Dios. No hay que transformar la naturaleza en una diosa. […] Durante el Sínodo sobre la Amazonía, se introdujo un ídolo en la basílica. […] ¿Hoy introducimos un ídolo en la Iglesia? ¿Qué conversión ideológica estáis buscando?»
Preguntado por el pontificado de León XIV, pide tiempo:
«Démosle tiempo, pero no es él quien debe cambiarlo todo. […] El verdadero cambio está en cada uno de nosotros.»
Sobre la situación eclesial en Europa, cree que en Francia no están tan mal como en otros países:
«Cuando uno mira a la Iglesia de Francia y la compara con la Iglesia de Alemania, de Holanda o de Bélgica: ¡consideraos afortunados! Hay que alabar a la Iglesia de Francia en comparación con el ambiente europeo.»
Respecto a África y los desmanes litúrgicos que se están produciendo en algunos países, dijo:
«Soy cristiano africano, soy hijo de Dios antes que africano. No hay que confundir cultura con culto. Lo que es cultural no es cultual. […] Con eso (esas desviaciones), van a destruir la Iglesia en África.»







