(InfoCatolica) La entrevista en dos partes (I y II) de Diane Montagna al purpurado alemán se abre con una pregunta sobre el asesinato de Charlie Kirk. Müller afirma que fue «víctima de una ideología atea» y lo describe «no […] como víctima de un asesinato político, sino como un mártir de Jesucristo». Añade que «recientemente elogió a la Virgen María como modelo y “solución” a los males de nuestro tiempo» y pide consuelo «al Señor Jesús y a la Virgen María» para su familia.
Los primeros meses de León XIV
Preguntado por los primeros cambios tras la elección de León XIV, el cardenal percibe «una proclamación del Evangelio más centrada en Cristo, mayor orden y menos énfasis en cuestiones de importancia secundaria». Precisa que «la Iglesia puede ayudar mediante obras de caridad», pero «nuestra primera misión es predicar el Evangelio». Sobre la inmigración musulmana, sostiene que «no podemos permitir que impongan su religión a nuestra cultura» y contrasta la imagen cristiana de Dios con la que atribuye al islam.
La ideología woke y el islam
A la cuestión de si equipara la «ideología woke» con el comunismo, responde: «Sí, lo considero una continuación de la concepción marxista del ser humano», y la sitúa dentro de «una ola ideológica» contraria a la identidad personal, la familia y las culturas. Sobre su relación con el islam, dice que «es una religión y no tiene nada que ver con la ideología woke en esencia», pero que «los wokistas están instrumentalizando el islam» y advierte: «estos mismos wokistas pueden ser las próximas víctimas de los islamistas radicales».
La situación en Alemania
Interrogado por la situación en Alemania, alude a problemas de seguridad y escuela, y sobre los obispos afirma: «Les resulta más fácil cerrar los ojos… Quieren ser queridos por todos». Ante la hipótesis de hacia dónde conduce esa tendencia, prevé que podría asemejarse al norte de África tras el siglo VII y estima que «en veinte o treinta años, el islam podría convertirse en la religión dominante». A la pregunta de si Alemania podría llegar a ser un país musulmán, afirma: «Ya lo es, en muchos aspectos».
Sobre la posibilidad de una guerra civil, responde que los jóvenes «ya han perdido la batalla»; en realidad, añade, «no hubo batalla: fue una invasión». Explica que un millón de personas llegaron desde Siria y que Alemania ofreció apoyo económico e infraestructuras sin exigir trabajo, lo que podría derivar en un conflicto cuando se agoten los recursos. Preguntado por si esto es realista, insiste: «Sí, es absolutamente realista». Consultado sobre la responsabilidad de los obispos en décadas recientes, sostiene que «la siguiente generación […] perdió energía» y critica el Camino Sinodal por «adaptar la fe» a ideologías.
La «peregrinación jubilar LGBT»
Acerca de la «peregrinación jubilar LGBT» en Roma, define lo ocurrido como «profanaron el templo de Dios» y califica de «sacrílego» «pasar por la Puerta Santa» y «bendecir a estas parejas». Ante el argumento bíblico presentado por organizadores, responde: «Todos los herejes han interpretado la Biblia de ese modo», subrayando la autoridad del Magisterio. Preguntado por la audiencia del Papa León con el padre James Martin y si algo así habría sucedido con Juan Pablo II o Benedicto XVI, recuerda que esas imágenes pueden instrumentalizarse y concluye: «El Papa León XIV […] no puede ser instrumentalizado con facilidad por nadie».
A la pregunta de por qué no se cancelaron los actos programados previamente, señala: «La Iglesia católica debe proclamar la verdad, pero también debe contradecir la mentira», y recuerda que «muchos obispos católicos se opusieron a “Fiducia supplicans”». Reitera: «Entre la verdad y la falsedad no puede haber compromiso».
Consultado sobre el deseo de paz y unidad expresado por León XIV y la conveniencia de dialogar con todos, responde que la superación de la polarización «no puede lograrse mediante compromisos» y que «la verdad inevitablemente divide a las personas entre quienes siguen la Palabra de Dios y quienes no». Cuando Montagna alude a una «toma hostil» de la Iglesia, Müller afirma que la «peregrinación jubilar LGBT» es un ejemplo de «intento de apropiarse de la Iglesia», y propone como modelo las canonizaciones de Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis.
El Encuentro sobre la Fraternidad Humana
En la segunda parte, sobre el Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana (12–13 de septiembre, Roma) y el espectáculo de drones, comenta: «Es difícil de creer», y dice que en su forma final «evocaba […] la sensación de estar siendo vigilados por el Gran Hermano». Pide evitar «cualquier culto a la personalidad» y recuerda que el Papa es «el humilde “Vicario de Cristo”, y no el “Sucesor de Cristo” […] que complementa la Revelación divina con sus propias ideas».
Preguntado por si hace falta «rompimiento de ídolos», afirma: «Absolutamente, han vuelto a profanar la Basílica de San Pedro», al considerar que se la convirtió «en una plataforma para una ideología» ajena a la revelación cristiana.
Ante los mensajes del concierto Grace for the World, responde: «La gracia es un don sobrenatural que solo nos llega de Dios», advierte contra usos desligados de su sentido cristiano y agrega que esos programas parecen presentar a la Iglesia «como una especie de líder de las Naciones Unidas, con el Papa reducido a su capellán secularizado». Preguntado por la lectura teológica esgrimida por los organizadores, contrapone que «la redención del mundo solo puede alcanzarse en Jesucristo» y rechaza que la Iglesia sea «instrumentalizada por programas de auto-salvación».
Sobre el respaldo secular y financiero, afirma que algunos apoyos «quieren rehacer la Iglesia Católica» y «promover sus agendas masónicas, socialistas o capitalistas». Añade que Fratelli Tutti «no menciona realmente a Jesús como el único Redentor del mundo» y distingue la fraternidad cristiana de otras concepciones.
Finalmente, al ser preguntado por el discurso de León XIV a los participantes, valora que el Papa «empleó un método pastoral eficaz» partiendo de la teología natural y conduciendo «hacia la revelación de Dios […] que culmina en Jesucristo», distinguiendo el amor que «fluye del Dios Trino» de proyectos que buscan «crear un Nuevo Orden Mundial».







