(KNA/InfoCatólica) Tras un oficio religioso frente al templo, el edificio comenzó a moverse el martes por la mañana. Se espera que el traslado dure dos días y que lo contemplen en torno a 10.000 personas. Quienes no puedan acudir, pueden seguir el acontecimiento en directo a través de la retransmisión en streaming de la televisión sueca.
El trasfondo es serio: debido a décadas de extracción de mineral de hierro en la cercana mina de Kiirunavaara, el subsuelo se ha vuelto inestable. Por ello, Kiruna se está trasladando poco a poco hacia el este. Ya se han reubicado más de 20 edificios, y ahora le llega el turno a la iglesia, uno de los emblemas más importantes de la ciudad. Está previsto que la ciudad entera se haya asentado en su nueva localización a más tardar en 2035.
La iglesia, construida en 1912, pesa unas 670 toneladas y su arquitectura recuerda a una tienda de campaña. Para el traslado se ha desarrollado una estructura de transporte especial: asentado sobre vigas de acero, un vehículo de gran tonelaje empuja el edificio a lo largo de un recorrido preparado, a una velocidad máxima de un kilómetro por hora. El coste, de unos 44 millones de euros, corre a cargo de la empresa minera estatal LKAB, que califica el traslado de «único en el mundo». Durante la operación se protegen especialmente el órgano histórico de 1957 y el retablo, obra del príncipe Eugenio de Suecia.







