(ACIPrensa/InfoCatólica) El cardenal Kurt Koch ha manifestado que sería «deseable» ampliar el acceso a la llamada Misa tradicional o Misa tridentina, cuya celebración en latín fue significativamente restringida por el Papa Francisco. Koch ha ejercido como prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos en el Vaticano durante los últimos quince años.
En declaraciones a kath.net el pasado martes, el purpurado aclaró que «no había hablado con el Papa León XIV sobre este asunto y no quería generar falsas esperanzas». No obstante, subrayó: «Personalmente, me alegraría mucho que encontráramos una buena solución». El cardenal recordó que «el Papa Benedicto XVI marcó el camino al creer que algo que se había practicado durante siglos no podía simplemente prohibirse» y añadió: «Eso me convenció».
Sobre la normativa vigente, Koch señaló: «El Papa Francisco ha optado por un enfoque muy restrictivo al respecto. Sin duda, sería deseable volver a abrir más la puerta que ahora está cerrada».
La liturgia tradicional se mantuvo de forma universal hasta después del Concilio Vaticano II, momento en el que su uso quedó limitado a un reducido número de sacerdotes y fieles. En 2007, Benedicto XVI afirmó que la antigua misa nunca había sido abolida, recordando que sus orígenes se remontan al Papa Gregorio Magno y a tradiciones anteriores.
En la misma entrevista, el cardenal Koch se refirió a la posibilidad de establecer una fecha común para la celebración de la Pascua entre las Iglesias Católica y Ortodoxa, algunas de las cuales continúan utilizando el calendario juliano, menos preciso en el cálculo del año solar.
«Mi principal preocupación es que busquemos una fecha común, pero que al hacerlo no provoquemos nuevas divisiones dentro de las iglesias individuales ni dentro de la comunidad ecuménica», afirmó. «Sería deseable e importante encontrar una fecha común para la Pascua, pero solo si esto no genera nuevas divisiones».
En relación al estado del diálogo ecuménico, Koch indicó: «Tenemos mucho en común con las Iglesias Ortodoxas Orientales y Ortodoxas en cuanto a la fe y la comprensión de la Iglesia».
Sobre las cuestiones pendientes, precisó: «La cuestión central es el oficio de Pedro. En este caso también hay un buen punto de partida, ya que los ortodoxos reconocen una jerarquía de obispados en la que Roma tiene precedencia. Sin embargo, la pregunta abierta es qué poderes tiene el Obispo de Roma: ¿se trata de una primacía puramente honoraria o de ciertos deberes y derechos asociados?».







