Arborelius: el Papa «es un hombre verdaderamente bueno»
Cardinal Anders Arborelius, © Andreas Kaiser ( Bonifatiuswerk )

El cardenal sueco destaca el papel de los inmigrantes en su iglesia

Arborelius: el Papa «es un hombre verdaderamente bueno»

El cardenal Anders Arborelius, que sigue al frente de la diócesis de Estocolmo a pesar de que se le aceptó la renuncia por edad, elogia en una entrevista al papa León XIV como un hombre de diálogo con «muchos dones y carismas» para promover la unidad en la Iglesia y en el mundo. Pero sobre todo, asegura que es una muy buena persona.

(Domradio/InfoCatólica) El cardenal Anders Arborelius, obispo de Estocolmo (*) desde 1998, continúa en el cargo pese a haber presentado su renuncia en 2024 tras cumplir 75 años. Aunque Roma aceptó su dimisión, aún no se ha nombrado a un sucesor, por lo que el purpurado ha declarado que «tendrá paciencia» hasta recibir instrucciones del Vaticano. Mientras tanto, seguirá desempeñando sus funciones episcopales. Una vez se oficialice su relevo, espera retirarse al monasterio carmelita de Norraby, donde vivió anteriormente.

En una entrevista concedida a bonifatiusblatt, Arborelius reflexiona sobre su papel en la Iglesia, su experiencia en el cónclave y su visión del pontificado actual. Aunque en su momento fue mencionado como posible sucesor del papa Francisco, rechaza cualquier intento de dividir a los cardenales en categorías ideológicas. «Es mejor que en la Iglesia no utilicemos esa terminología política», afirmó.

Sobre el papa León XIV, destaca su vocación de diálogo y su compromiso con la unidad eclesial y la reconciliación social, especialmente en contextos polarizados como el de Estados Unidos. También valora positivamente su apertura a otras religiones y su papel como mediador en conflictos internacionales, como la guerra en Ucrania.

Arborelius, converso al catolicismo a los 20 años, señala que su camino espiritual estuvo influido por el testimonio de las hermanas de Santa Brígida. Asegura no haberse alejado de una confesión, sino haberse sentido llamado a la Iglesia católica. Esta trayectoria personal ha reforzado su sensibilidad ecuménica: defiende el trabajo conjunto entre Iglesias cristianas para anunciar el Evangelio y atender las necesidades espirituales del mundo actual.

Respecto al crecimiento de la Iglesia católica en Suecia, que ha pasado de 40.000 a 131.000 fieles en los últimos 15 años, lo atribuye a la inmigración, no a las conversiones. La integración de los migrantes es uno de los principales retos pastorales: muchos desean celebrar la misa en su lengua materna, pero la infraestructura es limitada. Por ello, se promueve la participación en liturgias en sueco como vía de integración también en la sociedad.

Arborelius agradece especialmente el apoyo recibido desde Alemania, a través del Bonifatiuswerk y del Comisariado para la Diáspora de los obispos alemanes. Estas instituciones no solo financian la construcción de iglesias y proyectos pastorales, sino que también fomentan intercambios y vínculos personales entre comunidades eclesiales.

El cardenal concluye la entrevista reafirmando su compromiso con la diócesis hasta que Roma disponga lo contrario. Mientras tanto, permanece sereno ante su futuro retiro: «Esperaré el “cuándo, dónde y cómo”».


Entrevista completa

Durante un tiempo se le consideró como posible sucesor del papa Francisco. Un gran diario alemán escribió al respecto: «Se le considera una persona sensata y igualmente apreciada tanto por conservadores como por progresistas». ¿Está usted de acuerdo?

Siempre he estado un poco en contra de dividir a los cardenales en dos grupos. Porque en algunas cuestiones somos, como cristianos, muy tradicionales, quizá muy conservadores, y en otras no tanto. Siempre he intentado no dejarme encasillar en ese tipo de grupos partidistas. Es mejor que, en la Iglesia, no utilicemos con demasiada frecuencia esta terminología política. Porque si no, acabamos dejándonos influir demasiado por ella.

Usted es uno de los cardenales que pudieron votar al papa. ¿Cómo vivió el ambiente en el cónclave y qué huella le dejaron esas impresiones? Al fin y al cabo, no se elige un papa muy a menudo.

Sí, eso es muy cierto. Solo una vez en mi vida he tenido la posibilidad de vivir ese privilegio y esa gracia. Pero, por supuesto, también fue muy emocionante e interesante ver lo bien organizado que estaba todo. Había muchas personas allí para ayudarnos. En la Capilla Sixtina reinaba un ambiente muy solemne. Y creo que todos sentimos: aquí actúa el Espíritu Santo. No somos nosotros quienes encontramos a un candidato, sino que es Dios, a través del Espíritu Santo, quien nos ayuda a elegir a aquel que Él ya había escogido previamente.

Usted conocía sin duda a Robert Francis Prevost antes de su elección como 267.º obispo de Roma. ¿Cómo lo vivió como persona?

Lo conocía de algunos encuentros en el Dicasterio para los Obispos, del cual era prefecto. Dirigía muy bien nuestras discusiones. Escuchaba a todos y siempre era más bien discreto. Nunca quiso imponer sus opiniones. Se le conocía como una persona profundamente creyente y humilde, que al mismo tiempo posee grandes capacidades y conoce bien a las personas. Todos estábamos entusiasmados. Tras su elección, el papa vino a visitarnos al dicasterio para agradecérnoslo una vez más. Un hombre verdaderamente, verdaderamente bueno.

¿Qué esperanzas personales deposita usted en el pontificado del papa León XIV y qué expectativas tiene hacia él?

Él ha dicho que desea promover la unidad en la Iglesia. Sin duda, lo mismo se aplica también a su propio país, los Estados Unidos de América, donde existe una polarización abierta en la sociedad. El papa León XIV es un hombre de diálogo. Así que creo que tiene muchas posibilidades de impulsar el diálogo dentro de la Iglesia y en la sociedad. Ya ha hecho mucho para fortalecer buenas relaciones –por ejemplo, con el judaísmo–. Y ha ofrecido el Vaticano como lugar para las negociaciones entre Rusia y Ucrania. Veo en él muchos dones, muchos carismas, que le ayudarán a trabajar por la unidad en el mundo, por la paz y por el diálogo. En ese sentido, estoy muy esperanzado.

Usted creció en un entorno luterano. A los 20 años se convirtió a la fe católica romana. ¿Cuáles fueron las razones de ello?

Me crié en Suecia, aunque nací en Suiza. Mi familia mantenía una amistad con las hermanas de Santa Brígida en Lugano, y durante mi infancia y juventud tuve mucho contacto con esas hermanas. Creo que su bondad y piedad me marcaron profundamente. Nunca fui activo en la Iglesia luterana de Suecia. Me bauticé y confirmé allí, pero tenía una fe cristiana más bien general. Poco a poco, fui comprendiendo que la Iglesia católica es la Iglesia fundada por Cristo y a la que pertenezco. Se podría decir, pues, que no me convertí alejándome de algo, sino acercándome a la Iglesia católica.

¿Ha influido esta parte de su biografía en su actitud hacia el ecumenismo? Si es así, ¿de qué manera?

No puedo afirmar que conozca bien la Iglesia luterana en este país. Pero me alegra mucho ver que hay muchas cosas en común. Al mismo tiempo, también existen diferencias, tanto dogmáticas como éticas. Pero debemos alegrarnos de lo que compartimos en Jesús Cristo. Es muy, muy importante en nuestra época que, como Iglesias cristianas, ayudemos juntos a las personas a conocer a Jesús y a recibir el Evangelio. Por eso intento comprometerme con el ecumenismo. Tanto en este país como en otros lugares.

La Iglesia católica en Suecia está creciendo. En quince años, el número de católicos registrados ha pasado de 40.000 a 131.000. ¿Dónde ve usted las razones?

Aun hoy seguimos siendo una minoría. El número de conversiones es bastante limitado –unas 100 al año–. Pero la Iglesia crece gracias a la inmigración. Eso es evidente. Los migrantes que llegan traen consigo sus tradiciones y costumbres. Y es muy importante para nosotros acogerlos en nuestra comunidad y procurar que se sientan a gusto y puedan aportar algo. Porque la mayoría de las veces, cuando uno llega como migrante, se siente un poco de segunda categoría. Por eso, no debemos escatimar esfuerzos para integrar a los migrantes en las parroquias, para que también ellos puedan ayudarnos a vivir nuestra fe.

¿Consiguen llegar con facilidad a los hermanos y hermanas en la fe que han emigrado? ¿Qué barreras existen?

Hay muchos inmigrantes muy fervorosos que acuden siempre a la iglesia. Pero aquí no tenemos tantos templos católicos. No es tan fácil asistir a misa. Las circunstancias son muy distintas a las de Alemania. Otro fenómeno es que muchos inmigrantes solo acuden a misa si esta se celebra en su lengua materna –ya sea en polaco, árabe, croata, español, etc.–. Pero eso casi nunca es posible. Por eso, intentamos convencer a los migrantes de participar con nosotros en las misas en sueco. De ese modo también se integran en la sociedad.

Usted mencionó la escasa cantidad de iglesias católicas en Suecia. Eso representa, en última instancia, un problema de infraestructura que dificulta la transmisión de la fe. ¿Qué papel desempeña en esto el apoyo del Comisariado para la Diáspora de los obispos alemanes?

Es una ayuda muy grande. La Obra de San Bonifacio y el Comisariado para la Diáspora hacen todo lo posible por ayudarnos. No solo para construir nuevas iglesias, también para posibilitar acciones pastorales –por ejemplo, en el trabajo con jóvenes o en iniciativas misioneras–. Y financian los sueldos de los sacerdotes. Pero la ayuda que recibimos va mucho más allá. A menudo somos invitados a Alemania –nosotros los obispos, pero también diversos grupos eclesiales–. Estas relaciones personales son extraordinariamente valiosas y nos fortalecen en la fe.

Ya en 2024 presentó usted su renuncia al papa Francisco. Tiene 75 años. ¿Cuáles son sus planes para los próximos años?

La dimisión fue aceptada, pero tengo que seguir en el cargo. Tendré paciencia hasta que el Santo Padre encuentre un sucesor para mí. Por el momento, mi tarea principal sigue siendo dirigir la diócesis de Estocolmo. Espero que más adelante pueda regresar al monasterio carmelita de Norraby, aquí en el sur de Suecia. Allí fue donde ingresé en su día y donde viví mucho tiempo. Pero primero debo recibir de Roma la información de cuándo podré retirarme. Así que esperaré el «cuándo, dónde y cómo».

Entrevista realizada por Hartmut Salzmann. Publicada por Domradio por cortesía de «bonifatiusblatt» –la revista de la Obra de San Bonifacio.


 

(*) La diócesis de Estocolmo (Dioecesis Stockholmensis) es la única diócesis católica en Suecia y abarca todo el territorio del país. Fue establecida en 1953 y está directamente sujeta a la Santa Sede, es decir, no forma parte de una provincia eclesiástica ni depende de una archidiócesis metropolitana.

 

9 comentarios

JSP
1. Suecia es el paradigma de la siguiente fase de España (Torre Pacheco) y de otros paises europeos, con la política de inmigración ilegal, aborto, eutanasia, ideología woke, de género, etc.
2. La integración de los migrantes es uno de los principales retos pastorales. Piensen en España 97% inmigrantes hombres y mayoría musulmuna. Pero, no solo por celebrar la misa en lengua materna o la infraestructura limitada, sino por evangelizar (conversiones) a los gobernantes y bárbaros inmigrantes que han traido la destrucción moral de la sociedad sueca = Socialismo = socialdemocracia.
3. El idioma no debería ser problema: Vetus o Novus Ordo en latín.
4. Así es, los inmigrantes ilegales (100%) traen consigo sus tradiciones y costumbres. La realidad de Suecia: 235 bombas detonadas caseras/granadas de mano 2024 -2025 llevan ya 127 aprox. y 92 tiroteos-; violencia gratuita en las aulas; mafias-bandas reclutan en los institutos a niños con 15-16 años; robos/droga en la calle a tutiplen; inseguridad ciudadana general; soledad en las casas +20% = familias monoparentales o nucleares con 1 hijo. No existe la familia prácticamente; coste de la vida alto = impuestos altos; individualismo más absoluto: nadie da la cara y evita problemas. El Estado woke te etiqueta y encarcela: racistas e inmigrantes ángeles (ej. Torre Pacheco); medios de comunicación comprados/censurados; etc.
7/08/25 7:30 AM
Alvar
Me gustaría hacer un símil con este tema tan candente de los "inmigrantes".
En términos médicos, la glucosa es necesaria para el cuerpo, cumple una función y en cantidades moderadas es metabolizada por el organismo sin problemas; pero si inundamos el cuerpo de glucosa en cantidades inadecuadas vamos a dañar el organismo, se convierte entonces en un problema serio.
Se entiende el símil ¿no? Entonces ahora me hago la siguiente pregunta: ¿Por qué desde los centros de poder y desde la jerarquía eclesial se repite como un mantra que "la inmigración es buena" cuando estamos claramente y sin discusión racional posible ante un problema gravísimo y creciente de exceso de inmigración dotada de privilegios que se niegan a los europeos de origen, que además es ilegal? Por qué se trata de negar la realidad con una afirmación genérica y abstracta (la inmigración es buena) cuando la realidad es que tenemos un problema muy serio?
La respuesta fácil es que lo que se ordena arriba (hay que llenar Europa de extranjeros, hay que disolver Europa, hay que "reconstruir mejor") se obedece abajo. Lo grave es que esta actitud de la jerarquía de secundar las políticas anticristianas (la ONU, la UE, los gobiernos europeos son todos anticristianos abortistas y degenerados, no son cristianos ni practican la caridad, todo es un ropaje) es un síntoma claro del grado de infiltración y control que los poderes anticristianos tienen dentro de la Iglesia (con permiso de Dios).
7/08/25 8:35 AM
Juan Antonio
Como he comentado otras veces, mi experiencia es que no se pueden hacer generalizaciones del tipo "los inmigrantes son sobre todo hombres musulmanes que vienen a imponernos el islam". y lo que veo, y los datos están ahí, es que hay también muchos que vienen de Hispanoamérica, católicos con diverso grado de práctica y formación, como aquí y que, al menos en mi parroquia, son una bendición y que además son de los pocos que vienen a la Eucaristía con niños. Eso, además de los chinos católicos (sí, en Valencia ciudad una comunidad de más de 400, y creciendo), que tienen que superar la barrera del idioma y que además tienen que soportar que sus familiares sigan en la dictadura comunista viviendo su fe en condiciones difíciles, régimen del que algunos huyeron (tenemos un sacerdote chino que se ordenó poco menos que en la clandestinidad, sin asistencia de familiares). Además de polacos, italianos y otros europeos. Esta parroquia solo tendría personas de 60 hacia arriba si no fuera por ellos. La realidad de Suecia no la conozco, pero si los inmigrantes católicos sirven para revitalizar esa sociedad materialista y hedonista, y de paso hacer crecer la Iglesia allí, alabado sea Dios. ¿Hay problemas?, sí claro que los hay, pero no generalicemos por favor. Paz y bien.
7/08/25 12:32 PM
Charles de Gaulle
Es maravilloso el crecimiento en Suecia de la iglesia católica pero algo clave sería el tema de la integración en la misa, si los inmigrantes no hablan sueco con fluidez las alternativas serían en latín o en inglés.
7/08/25 1:29 PM
Ms
Habla de lo buena que es la migración católica que está llenando sus templos. No dice una palabra de la migración musulmana que tantos problemas ha causado. Recuerdo que, el catecismo de iglesia católica, el vigente, indica que el migrante debe respetar el patrimonio cultural y religioso del país al que va y de contribuir a sus cargas ( por eso el migrante debe ir al culto en sueco, que para eso están allí e integrarse). Sorprende que la iglesia recuerde nuestra obligación de acogida y silencie la obligación del que lleva. También me llama la atención que no mencioné la migración musulmana y los problemas que causa en Suecia.
7/08/25 1:41 PM
Juan Mariner
En Europa, la inmigración no se puede parar, de lo contrario colapsa el sistema. A disfrutar lo votado tantos y tantos años y con tanta convicción.
7/08/25 8:55 PM
Chico
Me gustaría más si dijera ? es un hombre santo? porque bueno bueno?.. todos somos buenos
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LF:
No fue eso lo que dijo Cristo.
8/08/25 12:11 AM
Jose
"Bueno solo es Dios" dijo Jesucristo. Es decir: la única fuente y razón de la bondad es Dios, explica Straubinger en sus notas. (Muy resumido, mejor leer a Straubinger).
8/08/25 4:53 PM
Gregory
El Cardenal Arborelius ha sido sin duda una figura en la Iglesia en Suecia converso del luteranismo y primer Cardenal sueco.
9/08/25 5:32 AM

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