(InfoCatólica) Como ocurrió con el influyente Wanderer, Messainlatino ha sido «restitutido» por Google.
Hace un par de semanas, el influyente blog italiano fue «eliminado», sin más explicaciones que unos enlaces a las políticas de Google sobre discurso del odio. Probablemente solo haya sido una casualidad de que la campaña para intentar silenciar al blog coincidiese con el descubrimiento de que la encuesta en la que se basó las decisiones de «Traditionis Custodes» eran completamente contrarias a lo que se afirmó.
Como relataba en una interesante entrevista, el Dr. Luigi Casalini, director de Messainlatino: «El cierre es gravísimo, hay un abuso de poder e injusticia»
En esa entrevista detallaba:
¿Qué acciones legales piensan emprender?
Ya hemos enviado un requerimiento formal oficial a Google a través de nuestro abogado (véase el archivo adjunto). Luego, hoy, 15 de julio, o mañana, 16 de julio, presentaremos un recurso urgente ante el tribunal competente en Italia.
Y como diría Max, el Milagroso en «La Princesa Prometida», "no es lo mismo estar muerto en su mayoría que totalmente muerto" y después de la apelación la «eliminación» se «deseliminó».
Como relatan en su blog:
Se desconocen las verdaderas razones. Sólo podemos suponer, basándonos en el hecho de que en las semanas inmediatamente anteriores se habían eliminado (pero luego restablecido) entradas individuales, de nuevo con la misma motivación vaga, que algún lector malévolo (sabemos de alguien que se jactaba de ello) nos había tomado como objetivo, «marcando» repetidamente nuestro contenido. En violación de la Ley Europea de Servicios Digitales, Google no ha implementado un sistema para evitar que la misma persona, con un mínimo de conocimientos informáticos (como saber borrar cookies), repita sin cesar ese comportamiento. La inteligencia artificial de Google, que evidentemente es muy estúpida y rudimentaria, debe haber reaccionado ante la cantidad de denuncias eliminándolo todo; probablemente esto ocurre automáticamente cuando se supera un determinado número o frecuencia en el tiempo de denuncias por contenido inapropiado. Una vez más, en flagrante violación de la legislación europea (y de la Constitución, si reflexionamos que la libertad de pensamiento, cuando no se cometen delitos, está garantizada por su artículo 21), Google-Blogger no dio el menor aviso ni detalló las razones y expresiones incriminadas, y mucho menos nos permitió contestar.
Sólo ahora, después de que presentáramos un recurso urgente ante los tribunales, el Sr. Google ha cedido y, de nuevo con un escueto correo electrónico carente de razones, ha restaurado todo el blog. Todo, incluyendo por tanto las partes que supuestamente contienen incitación al odio, si es que alguna vez la hubo, en los más de 22.000 posts del archivo y publicados a lo largo de las últimos cinco lustros. Pero no hay ninguna: y les retamos a que nos muestren en los comentarios dónde nos hemos excedido en la expresión o en el fervor demostrativo, como para incurrir en la infame acusación de «incitación al odio» (tal es la traducción italiana de hate speech, en las mismas Directrices Google-Blogger).
Y terminan con toda una declaración de principios, tanto en la defensa de liturgia tradicional como en no plegarse a las directrices «woke»:
Querido señor Google y todos los que estáis ahí fuera: sabed que a partir de ahora seguiremos escribiendo que «el pecado de los sodomitas» (sí, utilizaremos ese mismo término) «clama ante el cielo» y que «el aborto es un crimen abominable, a la altura del infanticidio». Crimen, crimen, asesinato, y cualquiera que aborte o provoque un aborto es un asesino, un criminal y un delincuente y merece la esperada excomunión automática y el riesgo de arder en el infierno. ¿Es suficiente discurso de odio para ti? Y si a alguien se le ocurre censurarnos por esto, que sepa que también tendrá que censurar esas mismas palabras en el Catecismo de la Iglesia Católica de 1992 (nº 1867), en la Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II (nº 51) y en el actual Código de Derecho Canónico (can. 1397 §2).