(ACI/InfoCatólica) En el texto, el episcopado venezolano hizo un resumen de la historia venezolana que recordó que, aunque con imperfecciones, los fundadores buscaron en el siglo XIX construir un país cuyos habitantes fueran libres, iguales y hermanos.
Sin embargo, lamentaron que durante el periodo democrático iniciado a mediados del siglo pasado y a pesar de los abundantes recursos del petróleo, la mayoría de venezolanos se haya sentido relegada y experimentado con creciente desilusión que “la democracia integral no era para todos”.
El desgaste, agostamiento de los partidos políticos y el desencanto de la población –explicaron-, “crearon una matriz favorable al surgimiento de alternativas transformadoras, más allá de un simple cambio de gobierno. Eso fue lo que prometió el candidato triunfador (Hugo Chávez) en la campaña electoral de 1998”.
Sin embargo, recordaron que pese al inicial respaldo popular, el naciente gobierno se fue transformando en un régimen totalitario cuya ambición “no sólo toca el tejido material y organizativo del cuerpo social, sino también, y sobre todo, afecta el fondo íntimo, espiritual, del alma nacional”.
Actualmente, afirmaron, millones de venezolanos siguen viviendo en condiciones indignas a la condición humana, “las élites de antes y de ahora no han logrado que el pueblo sea sujeto capacitado y autónomo. Y el proyecto de socialismo del siglo XXI, pregonado ahora, dista mucho de lo que el pueblo venezolano aspira y reclama”.
Reconstruir el país
Ante ello, la CEV llamó a comprometerse a “luchar contra una anti-cultura de explotación, dominación y arbitrariedad; de división, violencia y exclusión; y, positivamente, de crear, de verdad, un ‘espacio común’, espiritual y social, donde la dignidad de cada uno sea reconocida y promovida por la laboriosidad, la conciencia y la responsabilidad de todos”.
“Decimos no al estatalismo, pues está a la vista, por doquier, el desastre que han producido y producen los proyectos autoritarios y hasta totalitarios, de diverso signo, que impiden la creatividad y la libertad ciudadanas”, expresaron los obispos.
Tras denunciar el populismo y derroche de dinero, los prelados afirmaron que “Dios y la Patria nos llaman e interpelan, en primer término, a colaborar en la construcción o más bien reconstrucción material y espiritual de la República en un clima de de solidaridad y convivencia, que incluya a todos y en la que todos tengamos vida en libertad”.