(NCRegister/InfoCatólica) Tres numerarios del Opus Dei fallecieron ahogados el 18 de junio en Rattlesnake Falls, una cascada ubicada en el bosque nacional de Tahoe, en la Sierra Nevada de California. El trágico accidente ocurrió durante una excursión formativa desde el centro Trumbull Manor, donde los fallecidos participaban en un curso anual junto a otros numerarios.
Valentino Creus, de 59 años, se lanzó desde una cornisa a las frías aguas de una poza natural y, al parecer, tuvo dificultades para salir. Matt Schoenecker, de 50 años, y Matt Anthony, de 44, acudieron de inmediato en su ayuda, lanzándose al agua uno tras otro. Ninguno de los tres logró salir con vida.
Los hechos, confirmados por testigos del grupo, indican que la corriente y la temperatura del agua pudieron ser determinantes. Otros tres numerarios que se encontraban en el lugar no se atrevieron a saltar, considerando que no era seguro, y dieron la alerta mediante una función SOS de uno de los teléfonos, logrando contactar con los servicios de emergencia que los evacuaron en helicóptero.
Los cuerpos fueron localizados tres días después por Juan Heredia, un buceador voluntario católico. Heredia, padre de familia y residente en Stockton (California), encontró a Creus y Schoenecker juntos en el fondo de la poza, a unos 14 metros de profundidad. Matt Anthony yacía a poca distancia. Heredia destacó la valentía y el gesto de amistad de Schoenecker, que aparentemente no soltó a su compañero.
Los tres fallecidos eran numerarios del Opus Dei, laicos célibes que viven en centros de la prelatura y se dedican a la santificación de su trabajo cotidiano y al apostolado. Anthony ocupaba un alto cargo en la dirección de actividades masculinas en Estados Unidos y Canadá. Schoenecker, doctor en ingeniería biomédica, había dirigido durante 14 años un centro en Los Ángeles. Creus, originario de Filipinas, era socio de una firma contable en Los Ángeles y muy apreciado por su cercanía y sentido del humor.
Compañeros y amigos los han descrito como hombres entregados a Dios, con una vida ordinaria marcada por la fe, el servicio y la alegría. El P. Luke Mata, sacerdote del Opus Dei en Los Ángeles, los calificó de «canonizables» y destacó la heroicidad natural de su acción: «Dos de ellos dieron su vida por el otro. Fue heroico, pero para ellos, eso era normal».
Muchos consideran que este suceso, más allá del dolor, está teniendo frutos espirituales. El portero Bobby Boone, convertido al catolicismo tras conocer a Anthony y Schoenecker, confesó que abandonó malos hábitos al conocer la noticia. «Lloré como un niño. Pero ahora sé que hay un propósito», afirmó.
El P. Mata reflexionó ante el Santísimo sobre el sentido de la tragedia, recibiendo como respuesta interior la confianza en Dios. Para él, sus muertes ofrecen un testimonio vívido del carácter cristiano del Opus Dei: «La santidad es muy ordinaria, pero a veces Dios pone un foco para que pueda verse».