(InfoCatólica) La intervención provocó momentos de gran agitación entre los clérigos presentes y casi desemboca en una confrontación física con los efectivos policiales.
El propio catolicós de todos los armenios, Karekin II, se presentó en el lugar para intentar mediar, mientras las campanas de la catedral repicaban en señal de alarma. Decenas de sacerdotes y fieles rodearon a los agentes para impedir que se llevaran por la fuerza al obispo, que había sido acusado de incitar públicamente al derrocamiento del orden constitucional durante unas declaraciones ofrecidas en febrero.
Ante la presión creciente y el riesgo de un enfrentamiento abierto, los agentes se retiraron del recinto. Más tarde ese mismo día, Ajapahyan se presentó voluntariamente ante el Comité de Investigación y por la noche un tribunal dictó prisión preventiva por un plazo de dos meses.
Este nuevo episodio se produce en un contexto de creciente tensión entre el gobierno del primer ministro Nikol Pashinyan y la jerarquía eclesiástica armenia. Solo dos días antes, fue arrestado el arzobispo Bagrat Galstanyan, líder del movimiento opositor Lucha Sagrada, acusado de planear actos de sabotaje. Además, el pasado 8 de junio, Pashinyan exigió públicamente la renuncia de Karekin II, alegando que había incumplido su voto de celibato, lo que la Iglesia ha calificado como una campaña de descrédito sin fundamento.
Diversos sectores de la sociedad han advertido del peligro que supone este enfrentamiento para la estabilidad institucional y la cohesión nacional en un momento particularmente delicado para Armenia.