(Zenit/InfoCatólica) El Pew Research Center publicó el pasado 9 de junio su más reciente informe Panorama Religioso Global, basado en una década de datos recogidos en 201 países. La investigación, que actualiza la realizada en 2010, señala que el islam es la religión que más ha crecido en el mundo entre 2010 y 2020, tanto en cifras absolutas como en proyección futura. Le siguen de cerca los no afiliados religiosos —los llamados «ninguna»—, que también muestran un crecimiento significativo.
El documento recoge que, en solo diez años, la población musulmana aumentó en 347 millones de personas, una cifra superior al incremento de todos los demás grupos religiosos combinados. Este fenómeno se debe principalmente a las altas tasas de natalidad y a una población joven en regiones como Oriente Medio, el norte de África y el África subsahariana. En Asia-Pacífico, la zona con mayor número de musulmanes, el crecimiento fue superior al 16 % en ese periodo.
Por su parte, el cristianismo conserva el primer lugar como religión con mayor número de fieles, representando actualmente el 29 % de la población mundial. No obstante, su proporción global ha descendido casi dos puntos porcentuales desde 2010. La pérdida es especialmente notoria en Europa, América del Norte y Oceanía. En Estados Unidos, por ejemplo, el porcentaje de cristianos pasó del 78,3 % al 64 % en una década. En países como Francia, el Reino Unido, Uruguay y Australia, los cristianos ya no representan la mayoría.
Según Conrad Hackett, principal demógrafo del Pew Research Center, este fenómeno se explica en gran parte por la dinámica de cambio religioso en Occidente. «El verdadero factor de cambio ha sido el cambio religioso, especialmente en Occidente», afirmó. Añadió que «por cada persona criada sin religión que posteriormente se une a una fe, aproximadamente 3,2 personas criadas en una religión —generalmente el cristianismo— se desafilian en la edad adulta».
Como resultado de este fenómeno, el grupo de los no afiliados se ha convertido en la tercera categoría religiosa más grande a nivel mundial, con un 24 % de la población total. Su presencia es especialmente fuerte en Asia y el Pacífico, donde residen más de tres cuartas partes de los «ninguna». Solo China representa el 67 % de este grupo. A pesar de su bajo índice de natalidad, el crecimiento de los no creyentes se explica en gran medida por las conversiones, especialmente en contextos occidentales.
El informe también detecta cambios en otros grupos religiosos. La población hindú, que representa el 14,9 % del total global, creció en regiones como Oriente Medio y Norteamérica, impulsada por flujos migratorios. La población judía, por su parte, tuvo un aumento del 6 %, manteniéndose estable en torno al 0,2 % de la población mundial. Cerca de la mitad de los judíos vive en Israel.
El budismo, en cambio, fue el único gran grupo religioso que registró una disminución absoluta en sus cifras, perdiendo 19 millones de adherentes. La caída se relaciona con la baja fertilidad y el envejecimiento poblacional en Asia Oriental, además del creciente abandono religioso en países como Japón y China. No obstante, el informe advierte que estas cifras pueden subestimar la práctica budista real, ya que muchos realizan rituales sin declararse budistas formalmente.
Otro factor decisivo en la transformación del mapa religioso mundial ha sido la migración. En países del Golfo como Catar, Arabia Saudita o Emiratos Árabes Unidos, la llegada de trabajadores extranjeros ha provocado un notable aumento de poblaciones cristianas e hindúes.
A pesar de los cambios, el cristianismo mantiene una fuerte presencia en regiones en crecimiento, especialmente en el África subsahariana. Allí reside actualmente uno de cada tres cristianos del mundo, gracias a una elevada tasa de natalidad y a una población marcadamente joven.
Este nuevo informe forma parte del proyecto Pew-Templeton Global Religious Futures, respaldado por Pew Charitable Trusts y la Fundación John Templeton. Su propósito es proporcionar una visión clara, con base empírica, sobre la evolución de las creencias religiosas en el mundo actual.
A medida que la humanidad se mueve, crece y redefine sus identidades espirituales, el escenario religioso global se muestra cada vez más dinámico. Lejos de ser estático, el mapa de la fe se transforma con rapidez, desafiando antiguas certezas y dejando abierto el rumbo futuro.