(InfoCatólica) El clima de tensión internacional y el aumento del gasto militar en Europa suscitan una profunda preocupación desde la óptica del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia. Así lo expone fray Xabier Gómez OP, obispo de San Feliu de Llobregat y responsable de Pastoral Obrera y Migraciones en la Conferencia Episcopal Tarraconense, en un artículo en el que lanza una llamada a la reflexión crítica sobre la espiral belicista que se consolida en el continente.
«Los pueblos y ciudadanos aspiran a vivir en paz. La paz es un derecho humano universal, no un paréntesis entre guerras», afirma el dominico, subrayando la necesidad de no delegar en exclusiva las decisiones de política internacional a los gobiernos. Frente al discurso que promueve la militarización como vía de estabilidad, defiende que el diálogo y la diplomacia son herramientas legítimas, realistas y urgentes para garantizar la paz duradera.
En línea con el pensamiento del papa Francisco, quien ha calificado el armamentismo como una «locura», fray Xabier recuerda que el Pontífice ha insistido en que no se puede confiar en las armas para asegurar la convivencia: «Estas solo perpetúan el miedo y la hostilidad». A su juicio, la lógica de la disuasión no conduce a la seguridad, sino a una escalada que aumenta el sufrimiento humano y alimenta una «economía de la muerte».
La Doctrina Social de la Iglesia apuesta por el desarme
Desde el marco de la Doctrina Social de la Iglesia, el uso de la fuerza solo se contempla como último recurso, en condiciones muy concretas y restrictivas. Sin embargo, Gómez destaca cómo el magisterio reciente ha reforzado la apuesta por superar esta lógica, señalando textos como Pacem in terris, de san Juan XXIII, o Fratelli tutti, del papa Francisco, como referencias esenciales que proponen una cultura de paz basada en la justicia, el respeto y la fraternidad.
Intereses económicos y consecuencias sociales
El artículo también denuncia que, lejos de aportar seguridad, el rearme alimenta la desconfianza entre países y obedece, en gran parte, a poderosos intereses económicos. Según datos del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), el gasto militar mundial alcanzó en 2023 los 2,24 billones de dólares, con importantes incrementos en países europeos como Alemania, Francia o el Reino Unido.
Este incremento, alerta fray Xabier, se ha producido en paralelo a recortes en ámbitos clave del bienestar social. Cita como ejemplo el caso alemán, que elevó su presupuesto militar en un 8,3 % mientras reducía su inversión en cooperación al desarrollo y programas sociales. Una tendencia que se repite en otras naciones europeas y que agrava las crisis humanitarias en regiones empobrecidas como África u Oriente Medio, alimentando los flujos migratorios que luego son instrumentalizados políticamente.
Manipulación informativa
Asimismo, el obispo expresa su inquietud ante la manipulación de la opinión pública mediante redes sociales e inteligencia artificial. Señala que algunos gobiernos están utilizando estas herramientas para justificar sus políticas militaristas, recurriendo a la desinformación y fomentando la polarización social con fines propagandísticos.
En este contexto, reclama una acción decidida de las instituciones para promover la formación crítica en el uso de los medios de comunicación, de modo que la ciudadanía pueda resistir los intentos de manipulación y ejercer un juicio autónomo ante los mensajes que recibe. «La verdadera seguridad no se alcanza con más armas, sino con más justicia, más solidaridad y mayor compromiso con el bien común», subraya.
«Abandonen la retórica belicista»
Fray Xabier Gómez concluye su reflexión con un llamamiento a los líderes europeos: «Abandonen la retórica belicista y apuesten por una política exterior basada en la reconciliación y la construcción de puentes». Retoma así las palabras del papa Francisco: «La guerra es siempre una derrota para la humanidad», como brújula ética para orientar las decisiones en favor de un futuro en paz.