(InfoCatólica) La comunidad benedictina del Valle de los Caídos abre una nueva etapa con el relevo en su dirección. Alfredo Maroto ha sido designado como nuevo prior, en aplicación del límite de permanencia en el cargo establecido por las constituciones de la Congregación de Solesmes, que fijan un máximo de tres mandatos consecutivos -nueve años- para los priores administradores.
Aunque la Regla de San Benito no especifica una duración concreta para este tipo de cargos, la práctica vigente en la congregación contempla esta limitación como medida de buen gobierno.
La comunidad inició el pasado mes de noviembre un tiempo de discernimiento sobre su situación actual y su futuro, bajo la guía del propio abad presidente, Geoffroy Kemlin. Este proceso concluye ahora con el nombramiento del nuevo prior.
Diferencia entre abad y prior
En la Regla de San Benito, el abad es la figura central. San Benito dedica un capítulo entero (el capítulo 2) a describir quién debe ser el abad y cómo debe comportarse. El abad es considerado el padre espiritual de la comunidad y tiene plena autoridad sobre los monjes, tanto en lo material como en lo espiritual. Debe ser ejemplo de virtud, prudente, sabio en la ley de Dios y capaz de guiar a los demás no solo con palabras, sino con su vida. San Benito insiste en que el abad representa a Cristo dentro del monasterio, por lo que su autoridad debe ejercerse con justicia y misericordia, pero también con firmeza.
El prior, en cambio, aparece mencionado en el capítulo 65 de la Regla. Allí, San Benito advierte sobre los posibles conflictos que pueden surgir si se le da demasiado poder a un prior. En algunas casas se nombraba un prior por encima del abad o se le daba demasiada autoridad, lo que podía causar divisiones. Por eso, San Benito propone que el prior sea nombrado por el abad y que esté siempre subordinado a él.