(Peacelink/InfoCatólica) En un comunicado, los universitarios expresan su profundo cansancio y el de toda la población congoleña ante la inseguridad, los ataques y las masacres que han sufrido durante años, exigiendo el restablecimiento de la paz y el respeto de los derechos humanos.
Desde hace más de 30 años, la guerra en la RDC ha causado millones de muertes y desplazamientos forzados, convirtiéndose en una de las crisis humanitarias más graves del mundo. En su denuncia, los jóvenes subrayan la inacción de la comunidad internacional ante el conflicto, que ha puesto en peligro la soberanía del país y el derecho fundamental a la vida de sus ciudadanos.
En 2025, la situación ha empeorado ya que la guerrilla del M23, con el respaldo del ejército ruandés, ha ocupado desde enero vastas zonas de Kivu del Norte y Kivu del Sur, incluidas sus capitales, Goma y Bukavu. Esas fuerzas armadas han saqueado la población, asesinado civiles y forzado el reclutamiento de jóvenes. A la vez, cientos de grupos armados locales y extranjeros operan en el territorio, sembrando el terror y la desesperación entre la población.
Los universitarios denuncian que en la raíz del conflicto se encuentran intereses económicos y expansionistas. La codicia por los recursos minerales congoleños, cruciales para la transición tecnológica y energética global, ha convertido a su país en un objetivo de explotación. «Nuestros recursos no deben ser reclamados con la explotación ilícita, al precio de nuestras vidas», afirman, exigiendo que cualquier negociación se lleve a cabo de manera justa y pacífica, en beneficio de todos los pueblos y con respeto a la soberanía de la RDC.
«La paz es el requisito previo de todo», insisten los estudiantes. «Queremos vivir, estudiar, trabajar, producir». En su llamamiento, recuerdan experiencias pasadas de diálogo, como la conferencia de Sun City en 2002 y la Conferencia Amani de Goma en 2008, subrayando la necesidad de renegociaciones para alcanzar una solución pacífica.
Finalmente, los jóvenes instan a los actores internacionales a asumir su responsabilidad en la restauración de la paz y la seguridad mundial. «No tenemos industrias de fabricación de armas ni laboratorios nucleares, entonces, ¿por qué imponernos la guerra?», preguntan, para a continuación exigir el fin del conflicto sin condiciones.
Texto del comunicado
Nosotros, estudiantes universitarios de Butembo-Beni, provincia del norte de Kivu (este de la República Democrática del Congo - Rdc), lanzamos un grito de alarma. Conscientes de los desafíos y problemas relacionados con la paz y la seguridad en el mundo, expresamos nuestro gran cansancio y el del pueblo congoleño. Durante demasiado tiempo hemos sido atacados, masacrados, asesinados, privados de las libertades fundamentales, despojados de la dignidad humana. Necesitamos paz.
Hemos vivido en guerra durante más de 30 años. La guerra estalló antes de nuestra generación. Ha producido miseria, millones de desplazados internos, millones de muertos. La comunidad internacional ha tenido una actitud pasiva. El conflicto pone en peligro la soberanía de la Rdc y nuestro derecho a la vida. Niños, mujeres y hombres están expuestos a atrocidades y todo tipo de violencias y violaciones de los derechos humanos.
En este 2025, como todos saben, la violencia se ha agravado, agravada por la guerra de agresión llevada a cabo por Ruanda a través de las milicias del M23/Afc que saquean, matan, aterrorizan, organizan el reclutamiento forzado... Operan en nuestro territorio varios cientos de grupos armados, locales o extranjeros. Sin embargo, tenemos derecho a la vida, como todos los ciudadanos del mundo.
Ya no es necesario probar que en la base de esta tragedia hay razones económicas y expansionistas. Los intereses materiales nos convierten en presas: nuestros recursos minerales, necesarios para la transición tecnológica y energética, están entre los más codiciados por las potencias mundiales. Pero para acceder a ellas, ¿es realmente necesario matarnos, condenarnos a la miseria, destruir nuestras ciudades, nuestros hogares, nuestro medio ambiente?
Queremos que nuestras riquezas beneficien a las hijas e hijos de la Rdc. Queremos que las potencias negocien directamente con la República Democrática del Congo asociaciones llevadas a cabo de manera justa y pacífica, en interés de todos los pueblos. Nuestros recursos no deben ser reclamados con la explotación ilícita, al precio de nuestras vidas. Juntos debemos encontrar la manera de compartirlas respetando todos los derechos humanos y el principio de la soberanía de los Estados.
En cualquier caso, la paz es el requisito previo de todo, para nosotros y para nuestro país. Con la guerra, todo se pierde. ¡Déjenos vivir! Comer, estudiar, trabajar, reflexionar, producir.
Devuélvenos la paz. Hay que privilegiar el diálogo y la renegociación para llegar a ella; recordamos el diálogo intercongoleño de Sun City en 2002 y la Conferencia Amani de Goma en 2008. Estamos cansados de perder vidas cada día, con una guerra injusta impuesta a nuestro país.
Por lo tanto, hacemos un llamamiento urgente y urgente a todos los actores en la escena internacional para que desempeñen correctamente su papel. Deben trabajar para que el mundo recobre la paz y la seguridad, para que todos los pueblos del mundo tengan por fin una vida serena.
No tenemos ni industrias de fabricación de armas, ni laboratorios de armas nucleares. ¿Por qué imponernos la guerra? Queremos paz y seguridad, sin condiciones.