(Aica/InfoCatólica) El alto el fuego entre Israel y Hamás ha finalizado, desatando una nueva ola de destrucción en Gaza. La aviación israelí lanzó más de 30 ataques aéreos contra zonas densamente pobladas. El Ministerio de Salud palestino ha informado de cerca de 400 muertos, entre ellos civiles y niños, y decenas de heridos.
Entre las zonas afectadas se encuentra Jan Yunis, donde las tiendas de campaña que albergaban a familias desplazadas han sido destruidas, agravando la crisis humanitaria. Los hospitales locales están desbordados y los suministros médicos vitales son extremadamente escasos.
Las autoridades israelíes han justificado los ataques aéreos alegando una «actividad inusual» en Gaza. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, y el ministro de Defensa, Israel Katz, han defendido las acciones militares y han prometido que continuarán hasta la liberación de todos los rehenes retenidos por Hamás. Katz ha enfatizado el compromiso del ejército, afirmando: «No cesaremos la lucha hasta que se alcancen todos los objetivos de la guerra». En respuesta, Hamás ha condenado el bombardeo y ha descrito la decisión de Netanyahu como «una sentencia de muerte para los prisioneros».
Cáritas Internationalis ha advertido que «el bombardeo constituye una grave violación del Derecho Internacional Humanitario. Exigimos urgentemente el restablecimiento inmediato del alto el fuego para evitar más pérdidas de vidas y proteger la dignidad y la seguridad de todos los civiles. La protección de las vidas inocentes debe ser la máxima prioridad».
«La situación se agrava —añade la declaración— aún más por el bloqueo total de la ayuda humanitaria y el cierre continuo del cruce de Rafah desde el 2 de marzo, lo que aumenta el riesgo de hambruna masiva en Gaza. Esto, sumado a las lesiones físicas y los efectos en la salud mental, ya ha creado una crisis sanitaria que tardará décadas en superarse».
La organización ha destacado que «las condiciones en Gaza ya eran una catástrofe humanitaria extrema», con la población viviendo en hambruna, sin acceso a comida, agua, refugio, alcantarillado ni servicios básicos fiables. El bloqueo de la ayuda y los nuevos ataques agravarán drásticamente la situación.
«Cáritas aboga por un alto el fuego inmediato y el acceso humanitario sin restricciones, e insta a todas las partes en el conflicto y a la comunidad internacional a que hagan de esto una prioridad inmediata. Cada minuto que pasa sin actuar se cobra más vidas inocentes», ha declarado Alistair Dutton, secretario general de Cáritas Internationalis.
Por último, la organización se ha solidarizado con todos los afectados por esta renovada violencia e insta «a todas las partes, en particular al Estado de Israel, a cesar las hostilidades de inmediato. Los civiles nunca deben ser blanco de ataques. La protección de las vidas humanas y el restablecimiento del acceso humanitario deben ser las máximas prioridades».