(CNAd/InfoCatólica) «No debemos levantar el dedo acusador ni creer que lo sabemos todo», ha afirmado en relación con la reforma del Bürgergeld (subsidio social). «Debemos tomar en serio las palabras de Jesús cuando habla de la separación entre lo secular y lo religioso: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mt 22,21)».
La reforma del Bürgergeld, impulsada por la Unión y el SPD, prevé la retirada total de la prestación en caso de reincidencia en la negativa a trabajar, recortes del 30 % por primeras infracciones y un endurecimiento de los controles sobre el empleo irregular, con comunicación directa al servicio de aduanas en caso de sospecha, según ha informado Die Zeit.
Wilmer ha subrayado la importancia de respetar a quienes ostentan el poder político: «Debemos confiar en los responsables políticos. Tienen un mandato y también han sido elegidos por representantes de la Iglesia. Nuestra tarea es apoyarles en su misión».
Inmigración: no se puede atender a todos
Sobre la inmigración, el obispo ha evitado posicionarse de manera tajante, pero ha señalado la necesidad de encontrar un equilibrio: «Nuestro corazón es grande, pero nuestras fuerzas son limitadas». En este sentido, ha recordado que «ni siquiera Jesús ayudó a todos».
Los datos oficiales reflejan que entre 2015 y 2025 se han registrado en Alemania al menos tres millones de solicitudes de asilo. Sin embargo, en la última década, el número de deportaciones ha sido de 197.368. Además, entre 2017 y 2023, han llegado al país 641.915 personas mediante el reagrupamiento familiar. Según las previsiones financieras, el gasto en prestaciones sociales para solicitantes de asilo alcanzará los 77.200 millones de euros entre 2023 y 2028.