(Orthodox Times/InfoCatólica) El Patriarca Ecuménico Bartolomé I intervino en la conferencia internacional «Consubstancial con el Padre», celebrada con motivo del 1700º aniversario del Primer Concilio Ecuménico de Nicea. Durante su discurso, resaltó la importancia de este concilio en la consolidación de la «conciliaridad primordial» de la Iglesia y en la formación de su identidad doctrinal.
En su alocución, pronunciada en la histórica Escuela Patriarcal de Marasli, el Patriarca subrayó que el Concilio de Nicea no solo estableció un modelo de estructura conciliar universal, sino que también definió el marco doctrinal sobre la divinidad de Cristo, en respuesta a la herejía arriana. En este sentido, destacó que el término «homoousios» (consubstancial) fue adoptado en el Credo para afirmar la naturaleza divina del Hijo de Dios, pese a haber sido previamente utilizado por corrientes heréticas.
«El Concilio de Nicea representa un hito en la configuración de la identidad doctrinal de la Iglesia y sigue siendo el modelo para afrontar los desafíos teológicos y canónicos a nivel ecuménico», afirmó el Patriarca.
Asimismo, Bartolomé I recordó que Constantinopla, fundada cinco años después del concilio, se convirtió en el epicentro de la vida eclesiástica, acogiendo cuatro concilios ecuménicos decisivos para la historia de la Iglesia. «Desde aquí, el Patriarcado Ecuménico mantiene su Trono inquebrantable como guardián vigilante de nuestra fe ortodoxa y nuestras sagradas tradiciones», añadió.
El Patriarca también reflexionó sobre la teología de la «deificación» (theosis) en la tradición ortodoxa, citando a san Atanasio el Grande: «Dios se hizo hombre para que el hombre se hiciera Dios». En este contexto, enfatizó que los dogmas cristianos no son meras formulaciones teóricas, sino llamados a participar en la vida de Cristo y a la salvación.
En su discurso, Bartolomé I criticó la visión del filósofo Hegel, quien consideró la doctrina bizantina como abstracta y fuente de conflictos. El Patriarca argumentó que la comprensión ortodoxa del dogma es profundamente soteriológica, enraizada en la comunión con Dios y la transformación del creyente.
El Patriarca concluyó su intervención instando a los participantes a renovar su fe en la Santa Trinidad y en el Verbo encarnado. Además, subrayó la necesidad de una teología comprometida con la realidad humana y con la atención a los más desfavorecidos. «Nuestra fe debe ir acompañada de una respuesta tangible al sufrimiento humano, recordando las palabras de Cristo: ‘Lo que hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis’ (Mt 25,40)», afirmó.
El congreso, que reúne a destacados estudiosos y jerarcas eclesiásticos, se desarrolla en el marco de las celebraciones del 1700º aniversario del Concilio de Nicea, con el objetivo de resaltar su legado teológico y su vigencia en la actualidad.