José María Martínez: «Nunca ha existido la más mínima posibilidad de defenderme»

Caso Gaztelueta

José María Martínez: «Nunca ha existido la más mínima posibilidad de defenderme»

El exprofesor del colegio Gaztelueta, José María Martínez, ha sido condenado en un proceso canónico por abusos sexuales a un exalumno. La sentencia, dictada por el obispo de Teruel, José Antonio Satué, pide su expulsión del Opus Dei. Martínez ha solicitado voluntariamente abandonar la prelatura, de la que era numerario, ha calificado el fallo de injusto y ha reiterado su inocencia.

(InfoCatólica) El conocido como caso Gaztelueta comenzó con la denuncia de un alumno, Juan Cuatrecasas, acusando al profesor Martínez de instigar a algunos compañeros para que le hicieran bullying. Meses más tarde las acusaciones pasaron a ser de abuso sexual, y después evolucionaron a agresión sexual. La denuncia la investigó en un primer momento la inspección dependiente de la consejería de educación del gobierno vasco. No dio credidilidad al denunciante. La fiscalía también desestimó la demanda en un primer momento.

Posteriormente hubo una investigación por parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en la que se llegó a la conclusión no solo de que no se habían producido abusos, sino que se dijo que había que recuperar la buena fama del profesor.

Finalmente el caso se judicializó de nuevo. Toda la prueba ofrecida durante el juicio era la palabra de la supuesta víctima contra el supuesto agresor. Supuesto agresor de quien todos los que le conocieron en el colegio han dado siempre buen testimonio, indicando que su perfil no se corresponde de ninguna de las maneras con el de un agresor sexual.

A pesar de las evidentes contradicciones del la víctima en el juicio, se le condenó a once años de cárcel. El Tribunal Supremo reconoció tales contradicciones pero aún así le mantuvo una pena de dos años, que impidió que ingresara en la cárcel. En dicha sentencia, el Supremo aseguró que condenar a Martínez por los hechos más graves era «un ejercicio de voluntarismo incompatible con el canon constitucional de valoración probatoria». Cabe preguntarse porqué no se mantuvo el mismo criterio para mantener la pena de dos años.

El Papa, que ha recibido a la supuesta víctima, con la que coincidió en un programa de televisión, ordenó volver a juzgar el caso por parte de la lglesia, rompiendo así el principio de que una persona no puede ser juzgada dos veces por la misma causa. Además, se da la circunstancia de que José María Martínez, a pesar de ser numerario del Opus Dei, es seglar. Y cuando se cometieron los presuntos abusos no existía ninguna ley canónica por la que poder juzgar al acusado. Por tanto, en este caso la Iglesia, por orden del Papa, que se ha negado a recibir al ex-profesor, ha quebrantado el principio de no retroactividad, por el que no se puede juzgar un delito pasado con una ley aprobada después de la comisión de dicho delito.

El papa Francisco puso al frente del nuevo proceso canónico a Mons. José Antonio Satué, obispo de Teruel, cuya animadversión hacia la prelatura del Opus Dei era bien conocida en su diócesis natal, Huesca.

José Martínez denunció a Satué ante la justicia española por vulneración de su derecho al honor, cuestionando la legitimidad del proceso, denunciando precisamente  irregularidades como ser juzgado dos veces por los mismos hechos y la aplicación retroactiva de normas.

Ahora se ha conocido la sentencia de Mons. Satué, que como cabía esperar ha pedido al prelado del Opus Dei la expulsión de José María Martínez. Este ha reaccionado solicitando la salida voluntaria de la Prelatura y anunciando que recurrirá a la Signatura Apostólica. 

Martínez explica así su versión de los hechos:

«Ya he insistido muchas veces en las irregularidades del proceso canónico: se me ha juzgado dos veces por el mismo supuesto delito porque la absolución inicial (de 2015) no gustó a quien constituyó el tribunal eclesiástico; se me aplica una legislación aprobada con posterioridad a los supuestos hechos; el juez en su primera comunicación escrita me instó a declararme culpable; se me aplica una legislación que no se ha aplicado a ningún laico; en muchas instituciones de la Iglesia hay pederastas confesos y a mí se me expulsa del Opus Dei pese a que soy inocente del delito del que se me acusa. En fin, todo el proceso ha resultado una vergonzante pantomima. Nunca ha existido la más mínima posibilidad de defenderme».

13 comentarios

Luis Fernando
Me parece muy inteligente la decisión de solicitar la baja del Opus Dei. Así la Obra no se tiene que formar parte de esta indecencia, propia de estados totalitarios y tiránicos.
4/03/25 1:55 PM
MAURO
Quizás lo ocurrido sea prueba de santidad de José María Martínez.
4/03/25 2:58 PM
Oswaldo
Cómo abogado en ejercicio y con estudios de derecho canónico se ha violado el principio de debido proceso y la presunción de inocencia
4/03/25 3:29 PM
Ivo
Qué triste es ver cómo en pocos años la Iglesia se ha convertido en un contubernio mafioso. Nunca ha habido menos misericordia, menos sinodalidad y menos humildad que en estos últimos tiempos, eso sí palabras y parloteo vacío como nunca. Rezo por todos los que tendrán que rendir cuentas para que tengas tiempo de arrepentimiento.
Por el contrario tenemos en frente un ejemplo de cristiano íntegro, humilde y recio. Ese si es un santo de la puerta de al lado. Los hecho hablan por si mismos.
Nos sobran obispos pueblerinos y nos faltan
santos .
4/03/25 3:41 PM
José González Montiel
Me parece mal q,mue se ke juzgue dos veces por los mismos supuestos hechos no probados, peor todavia que el juzgador sea un Obispo (designado para ello por el Papa) con manifiesta animadversión hacia la Institución de la Iglesia a la que el acusado pertenece (cualquiera que sea la Institución, si está aprobada por la Iglesia, como es este caso, todo fiel cristiano tiene obligación de respetarla y amarla, aunque no pertenezca a ella, mucho más si es un Obispo, que en este casi da un ejemplo muy lamentable), muy mal también que el Papa se niegue a recibirle, habiendo a la otra parte ¿esto es Justicia? y muy mal que se obligue a abandonar la Institución, toda una cadena de despropósitos deliberados para destruir sin motivo a un fiel cristiano, muy lamentable
4/03/25 3:48 PM
José
Los que están más obligados a practicar la justicia y la misericordia en la Santa Madre Iglesia Católica, actúan, en este caso, imitando a los traidores y criminales de la sinagoga de Satanás: Judas, Anás, Caifás, etc.
Estoy convencido de que Dios seguirá fortaleciendo al profesor Martínez en su particular “pasión”. La Iglesia se mantiene gracias al sufrimiento, con o sin derramamiento de sangre, de los mártires.
Mis oraciones más sinceras por la víctima (Sr. Profesor) y por la conversión de los responsables de su martirio.
4/03/25 3:57 PM
Hernando Rey
Una muestra más del desprecio por el Derecho Canónico dentro de la Iglesia en los últimos años. Algo no del todo extraño, pues parece en cierto modo connatural a ciertos jesuitas, si recordamos que en el Código de Derecho Canónico de 1917 se concedió a esta Orden religiosa el extraño privilegio de expulsar a sus miembros sin el debido proceso. El asunto está bien tratado respecto del caso del padre Leonardo Castellani por su biógrafo, el Dr. Sebastián Randle (un biografía no apta para personas sin sólida formación católica o pertenecientes a la "inmensa parroquia de la ortodoxia infantil", al decir del Cura Loco), que incluye un escrito jurídico específico sobre este asunto, escrito por el Dr. Luis María De Ruschi, experto argentino en Derecho Civil y Canónico. Otro caso que no es de dominio público pero conozco de modo personal es la expulsión de un profesor de una Universidad relacionada con los Jesuitas, sin indemnización, luego de 23 años de excelente dedicación profesional, por el hecho de que su enseñanza acerca de la doctrina tradicional católica sobre la homosexualidad "ofendiera" a un alumno con esa tendencia desordenada. El docente ganó el juicio en primera instancia, en la Cámara y en una primera sentencia de la Corte Suprema de su país, pero la Universidad logró "dar vuelta" esa decisión. Y esto no sucedió en el siglo XVII sino después de 2013. ¡Vaya si estamos rodeados de fariseos, como bien denunciara Castellani!!! Rezo para que esta inju
4/03/25 4:26 PM
Fredi
Una vez publicada la sentencia, ya se puede hablar claro y alto del tema. Queda demostrado que:
1. La sentencia es totalmente INJUSTA.
2. Por mucho que usen esa palabra, los obispos no tienen ni idea lo que es un laico y cual es su mision en la Iglesia. Y lo que es peor: clericalizan todo lo que tocan.
3. Condena sin haberle escuchado. ¿Quién puede confiar en unas personas que actúan así?
4. Lo único positivo de esta situación es que algunos no han conseguido su objetivo de vivir a costa del dinero de la Iglesia y del Opus.
4/03/25 4:32 PM
Gonzalo
Desesperante. Una pena la forma de proceder con una gran dosis de caridad cristiana. Lo siento. Si ya ha sido enjuiciado y sentenciado…por qué otra vez? El chaval estuvo en un programa de TV con el Papa, y éste reinicia todo el proceso. Buena imagen que creo que no ha llegado a ningún fin. Una pena .

Salut
4/03/25 4:34 PM
Marta de Jesús
En los primeros casos se daba credibilidad al sacerdote/religioso, aunque se sospechara que pudiera no ser trigo limpio. Ahora a los denunciantes, aunque se sabe que hay denuncias falsas. Bueno, qué decir. Mi oración por el caballero. En caso de ser totalmente inocente, esto es una auténtica cruz. No se baje. Permanezca con Cristo. Todo será por un Bien Mayor.

Con Ivo. Nunca menos misericordia y menos humildad que ahora. Nunca menos justicia. En la Iglesia, me refiero. Únicamente muestran respeto para los rebelados. Para quienes nos negamos, solo palos. El mundo al revés. Una agonía, que concluirá con la resurrección. Cristo estará con Su Iglesia hasta el final.
4/03/25 4:39 PM
Bug Oak
- el lugar más peligroso de un niño hoy es el vientre de su madre
- el lugar mas peligroso para ser catolico hoy es una parroquia
- lo más peligroso para un fiel hoy es un pastor
Si esto no es el fin de los tiempos, díganme por favor que es.
Saludos le mandan al profesor perseguido:
Rupnik
Zanchetta
Tucho
Farrel
Peña Parra
De todos estos, "quién soy yo para juzgar"?
Al profesor de Gaztelueta lo juzgamos dos veces
4/03/25 4:39 PM
Ivor
El tema tiene su aquel. Por un lado y tras varias modificaciones ad hoc del derecho canónico y a publicación de dos motus proprios, se establece que sólo los sacerdotes forman parte de la prelatura del Opus Dei.
Y por otro se dictamina la expulsión de un laico de la dicha prelatura conforme a su propio reglamento, que no interpreta ni juzga la prelatura sino un obispo diocesano erigido en juez para el efecto.
Por lo tanto, se reconoce que los laicos sí forman parte de la Prelatura ¿no? El juez ha dictado una sentencia inaplicable.
4/03/25 4:50 PM
Lector
De once años injustamente impuestos por un tribunal de reconocidos separatistas a dos, y porque el Supremo ya no podía juzgar sobre el fondo... ¡Hay que reclamar la inocencia de este maestro antes de que sea más tarde. Que no vuelva a darse en España otro caso Teodoro Leandres!
4/03/25 4:54 PM

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