El decreto, firmado por el cardenal Arthur Roche, Prefecto del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, destaca la vida de santa Teresa de Calcuta como un modelo de entrega al Evangelio. Inspirada por el grito de Cristo en la cruz, «Tengo sed» (Jn 19,28), la santa dedicó su vida a saciar la sed de amor y almas de Jesucristo, sirviéndolo en los más necesitados.
La decisión del Papa Francisco de incluir su memoria en el Calendario Romano General responde a numerosas peticiones de obispos, religiosos y fieles laicos de todo el mundo. Con esta inscripción, la santa se propone como un referente universal de esperanza y caridad para la Iglesia y la sociedad contemporánea.
A partir de ahora, todas las Conferencias Episcopales deberán traducir y aprobar los textos litúrgicos correspondientes a la memoria de santa Teresa de Calcuta. El decreto estipula que estos textos serán incluidos en los calendarios y libros litúrgicos para la celebración de la misa y la Liturgia de las Horas, así como en el Martirologio Romano.
El cardenal Roche, en su comentario sobre la inscripción de la santa en el Calendario Romano General, ha recordado las palabras del Papa Francisco en la canonización de Madre Teresa en 2016: «Su misión en las periferias de las ciudades y en las periferias existenciales permanece en nuestros días como testimonio elocuente de la cercanía de Dios hacia los más pobres entre los pobres».
En la liturgia de su memoria, la primera lectura seleccionada es un pasaje del profeta Isaías sobre el ayuno agradable a Dios (Is 58,6-11), acompañado del salmo 33: «Bendigo al Señor en todo momento». El Evangelio propuesto recoge las palabras de Jesús en Mateo 25,40: «Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis».
El Oficio de lectura incluirá un texto de una carta que santa Teresa escribió en 1960 al padre Joseph Neuner, en la que describe la profunda oscuridad espiritual que vivió durante muchos años, ofreciendo esa prueba a Dios con alegría y fidelidad.