(IlGiornale/InfoCatólica) El obispo Richard Williamson, nacido en Londres el 8 de marzo de 1940, se encuentra en estado grave de salud. Perteneció a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, de la cual fue expulsado debido, entre otras cosas, a sus posiciones críticas respecto al Holocausto. Fue excomulgado en 1988 tras su consagración episcopal, luego reintegrado y finalmente nuevamente excomulgado. Fue el Papa Benedicto XVI quien, a través de la Congregación para los Obispos, comunicó la suspensión de la excomunión el 21 de enero de 2009. Sin embargo, Williamson fue nuevamente excomulgado en 2015 por ordenar obispos de manera ilícita según el derecho canónico.
Durante una entrevista concedida a la televisión sueca, el obispo declaró que en los campos de concentración los nazis no utilizaron gas para exterminar a los prisioneros judíos. Estas afirmaciones causaron un inevitable escándalo que, en 2009, provocó su destitución como director del seminario en La Reja, provincia de Buenos Aires. En su contra se presentó una causa penal bajo la acusación de «apología del crimen» y, como sanción adicional, se solicitó que el gobierno argentino lo declarara «persona no grata». La solicitud fue aceptada, y Williamson fue expulsado de Argentina con efecto inmediato e irreversible.
La vida del obispo ha sido particularmente agitada. Tras obtener una licenciatura en literatura en la prestigiosa Universidad de Cambridge, decidió seguir su vocación religiosa anglicana e inició labores misioneras. Enseñó francés en Ghana, y durante ese tiempo conoció a Albert Schweitzer en Gabón, además de entablar amistad con Malcolm Muggeridge. A su regreso de África, decidió convertirse al catolicismo e ingresó al Seminario Internacional de San Pío X en Écône, Suiza. En 1976, fue ordenado sacerdote por monseñor Marcel Lefebvre. Fue profesor en el seminario alemán de Zaitzkofen y, dos años después, fue trasladado al de Écône.
Su consagración episcopal fue irregular, ya que ocurrió después de que el cardenal Bernardin Gantin, prefecto de la Congregación para los Obispos, le advirtiera que aceptar la ordenación como obispo constituiría desobediencia al Papa y lo haría acreedor a una excomunión inmediata.