(Zenit/InfoCatólica) Durante la pasada temporada navideña, la violencia volvió a golpear al estado de Benue, en Nigeria, con brutales ataques que dejaron decenas de cristianos muertos. Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) informó recientemente sobre estos hechos tras recibir reportes de la Iglesia local, que expresó su preocupación por la falta de atención en los medios internacionales. Según la diócesis de Gboko, uno de los episodios más trágicos ocurrió el mismo día de Navidad en Anwase, donde al menos 47 personas, incluidos niños y adultos, perdieron la vida.
El padre Isaiah Ter, director de Cáritas en la diócesis, relató que los agresores no solo cobraron vidas, sino que también «quemaron las ocho iglesias católicas de la parroquia de Santa María, incluida la casa parroquial, clínicas, escuelas y otras viviendas». En un informe enviado a AIN, la diócesis destacó que «el párroco y el vicepárroco escaparon y estuvieron en el monte todo un día antes de ser rescatados».
El estado de Benue se encuentra en el Cinturón Medio de Nigeria, una región marcada por la interacción entre el sur, predominantemente cristiano, y el norte, de mayoría musulmana. Durante décadas, esta área ha sido escenario de intensos conflictos por tensiones religiosas y disputas territoriales entre pastores fulani, en su mayoría musulmanes, y agricultores cristianos. En los últimos años, estos enfrentamientos se han vuelto más letales, pues los pastores han comenzado a usar armas automáticas, aumentando el número de víctimas cristianas. Aunque las raíces de esta violencia son complejas, se teme que movimientos islamistas extremistas estén instrumentalizando los conflictos étnicos y territoriales para sus propios fines.
La diócesis de Gboko ha sido particularmente afectada, sufriendo numerosos ataques en la última década que han destruido más de 20 comunidades y 32 iglesias. Antes de los ataques de Navidad, entre enero y noviembre de 2024, ya se habían registrado casi 100 muertes en la región, lo que elevó el número de desplazados internos. Actualmente, la región alberga a unos 14.600 desplazados, de los cuales 6.800 han sido desplazados recientemente. Ante esta crisis, la diócesis ha prestado asistencia a los afectados y solicitado ayuda a AIN, que respondió con apoyo de emergencia.
La violencia también se extendió a otras zonas del Cinturón Medio, incluyendo la diócesis de Makurdi y el estado de Plateau, donde se reportaron nuevos ataques durante el mismo periodo. Ante la creciente inseguridad, la Iglesia católica en Nigeria ha instado repetidamente al gobierno a reforzar las medidas de seguridad y enfrentar de manera más contundente los actos terroristas y los conflictos intercomunitarios. Sin embargo, la situación continúa deteriorándose, dejando a miles de familias en desesperación.