(Sir/InfoCatólica) Donald Trump, en declaraciones recientes, calificó la devolución del Canal de Panamá a manos panameñas como un «robo» y recordó que fue construido por Estados Unidos entre 1907 y 1914 con el objetivo de garantizar su seguridad económica y militar. «Lo necesitamos para nuestra seguridad», afirmó el expresidente, quien además señaló que no descartaría el uso de la fuerza para «recuperarlo».
La administración estadounidense entregó la plena soberanía del Canal a Panamá el 31 de diciembre de 1999, en cumplimiento de los tratados Torrijos-Carter de 1977, firmados por el entonces presidente Jimmy Carter y el general Omar Torrijos. Este hito marcó un antes y un después en la historia del país, que consolidó su control sobre una de las rutas comerciales más importantes del mundo.
Sin embargo, las palabras de Trump han reavivado un tema sensible para Panamá, que no solo se enfrenta a las declaraciones del expresidente, sino también a la creciente influencia de China en la región, lo que complica aún más el panorama geopolítico.
«El Canal es nuestra herencia y símbolo de lucha»
En este contexto, el arzobispo Ulloa, presidente de la Conferencia Episcopal Panameña, lanzó un llamado a la unidad nacional y a la comunidad internacional para defender la soberanía de Panamá. «Es preocupante que se realicen declaraciones que buscan atacar nuestra soberanía, ignorando la lucha y el sacrificio generacional que nos permitió ondear una única bandera sobre todo nuestro territorio», afirmó Ulloa.
El arzobispo recordó que el Canal no solo es una pieza clave para la economía global, sino también un símbolo de la identidad y la soberanía nacional. «El presidente Jimmy Carter y el general Omar Torrijos firmaron un tratado que nos devolvió la soberanía sobre el Canal, una herencia que debemos preservar y respetar. Declaraciones como estas deben inspirarnos a transformar el amor por Panamá en unidad, derribando muros de odio y construyendo puentes de paz y justicia».
Mons. Ulloa destacó además la capacidad del pueblo panameño para gestionar el Canal de forma neutral y eficiente: «Hemos demostrado al mundo que podemos mantener el Canal abierto, garantizando su neutralidad. Este es el resultado de la lucha de generaciones de panameños, especialmente de nuestros jóvenes».
«Símbolo de nuestra libertad y soberanía»
El prelado también instó a evitar que Panamá sea escenario de confrontaciones entre las grandes potencias, en un contexto marcado por las tensiones entre Estados Unidos y China. «No somos especialistas en relaciones internacionales, pero a la luz del Evangelio tenemos fe y esperanza en que prevalezcan el buen sentido y la paz. Panamá no debe convertirse en un peón en el tablero geopolítico de las potencias mundiales. Nuestro Canal es un símbolo de nuestra libertad y soberanía, y así debe continuar siendo».
A nivel nacional, Mons. Ulloa exhortó a las instituciones panameñas a consolidar la soberanía mediante el fortalecimiento de la cultura nacional y el uso social de las áreas recuperadas del Canal. «Es responsabilidad de nuestras autoridades hacer efectiva nuestra soberanía, gestionando el Canal con independencia y amor por la patria».
El reto ambiental y la sostenibilidad del Canal
El arzobispo también destacó los desafíos internos que enfrenta el Canal, especialmente los relacionados con el cambio climático. La sequía provocada por el fenómeno de El Niño entre 2023 y 2024 redujo significativamente el caudal del lago artificial de Gatún, una pieza clave para la operatividad del Canal. Este descenso afectó el tránsito de barcos, que pasó de un promedio de 38 embarcaciones diarias a solo 24, lo que puso en riesgo la sostenibilidad de la vía interoceánica.
Aunque el fenómeno climático opuesto, La Niña, mejoró la situación en los últimos meses, el futuro sigue siendo incierto. Ante este escenario, las autoridades panameñas han comenzado a estudiar alternativas, como la construcción de un nuevo lago artificial para garantizar el suministro de agua necesario para el funcionamiento del Canal. Sin embargo, estos proyectos implican un alto impacto ambiental y social, lo que genera preocupación entre diversos sectores.
Alternativas al Canal y el panorama global
Las tensiones sobre el Canal de Panamá se producen en un momento en el que varias potencias exploran alternativas para el comercio interoceánico. China ha propuesto proyectos ambiciosos, como la construcción de un canal en Nicaragua que conecte el Atlántico y el Pacífico a través de un corredor que incluye el lago Xolotlán. Aunque este proyecto enfrenta numerosos obstáculos financieros y medioambientales, refleja el interés de las potencias en diversificar las rutas comerciales.
Por otro lado, México y Costa Rica han comenzado a desarrollar infraestructuras ferroviarias y portuarias para conectar ambos océanos, mientras que Colombia ha planteado un proyecto similar en la región del Darién. Sin embargo, estos corredores están aún en fases iniciales y enfrentan retos logísticos y de seguridad.
Unidad de los panameños
A pesar de los retos internos y externos, Mons. Ulloa expresó su confianza en la capacidad del pueblo panameño para superar las adversidades. «Panamá ha demostrado ser un país fuerte y resiliente. Este es el momento de unirnos como nación, reafirmar nuestra soberanía y mostrar al mundo nuestra capacidad de construir un futuro de paz y justicia», concluyó el arzobispo, llamando a transformar los desafíos actuales en oportunidades para fortalecer la identidad y el orgullo nacional.
