(VaticanNews/InfoCatólica) Ahora considerado como uno de los peores terremotos que ha afectado a la región del Himalaya en 100 años, el Centro de Redes Sismológicas de China registró que el sismo que sacudió el Condado de Dingri y el área de Shigatse, en la región del Tíbet en China, el 7 de enero, tuvo una magnitud de 6,8 (7,1 en la escala de Richter).
El impacto ha sido devastador. Más de 120 personas perdieron la vida, más de 330 resultaron heridas, cerca de 50.000 personas han sido desplazadas, y decenas de miles de viviendas han sido destruidas o dañadas.
Palabras de solidaridad y ayuda desde todas partes
Expresiones de apoyo y cuidado han llegado desde todas partes. Durante su discurso al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede el 9 de enero, el Papa Francisco expresó sus condolencias y oraciones por las víctimas, mientras las autoridades chinas informan que más de 400 personas permanecen atrapadas bajo los escombros.
Cientos de tibetanos que viven en el exilio en India y Nepal mostraron su apoyo realizando vigilias con velas en memoria de quienes han perdido la vida.
En el terreno, en el Tíbet, las comunidades católicas chinas han establecido iniciativas de solidaridad para brindar ayuda a los necesitados.
Un llamado al servicio
La Diócesis de Pekín emitió un llamamiento, destacando que, en medio del Año Jubilar y la temporada navideña, «podemos aprovechar la oportunidad para recordar la enseñanza del Señor: “Lo que hicieron con uno de estos hermanos míos más pequeños, conmigo lo hicieron”».
En toda la Diócesis de Pekín, se ha invitado a todas las parroquias a recaudar donaciones para apoyar a las víctimas del terremoto. La organización caritativa de la diócesis, llamada Divina Misericordia, se encargará de distribuir los fondos.
En el marco del recién iniciado Año Jubilar de la Esperanza, la Diócesis de Shantou se unió al lanzamiento de un llamado a las comunidades diocesanas católicas de todo el mundo para recolectar donativos destinados a brindar ayuda.
Organizaciones locales que coordinan los esfuerzos de apoyo desde la ciudad de Shanghái informaron que una de las primeras donaciones incluyó una suma de 500.000 yuanes (66.000 euros), entregados por la Diócesis de Shanghái.