(KNA/InfoCatólica) Tras el cambio de poder en Siria, las cristianas y los cristianos de la región se muestran cada vez más preocupados. Los acontecimientos en Siria también tendrían repercusiones en los países vecinos, explicó el patriarca caldeo-católico Louis Sako en una entrevista con el portal de noticias vaticano Vatican News. «Hay miedo entre las personas, y se preguntan cuáles podrían ser las consecuencias de este cambio para Irak», afirmó Sako. Describió la toma de poder de la alianza rebelde liderada por el grupo islamista Haiat Tahrir al-Sham (HTS) y la caída del líder sirio Bashar al-Assad como «una gran sorpresa» para los sirios y todo Oriente Medio.
El gobierno de transición sirio, encabezado por Mohammad al-Bashir tras el derrocamiento del régimen del presidente Bashar al-Assad, prometió respetar los derechos de todas las personas y confesiones en Siria. «Esperemos que esto sea sincero», comentó Sako. Sin embargo, entre los cristianos prevalece el escepticismo, debido a la conexión del grupo rebelde HTS con la organización terrorista Al Qaeda. A pesar de ello, el patriarca caldeo-católico expresó su confianza en la entrevista con Vatican News:
«Esperamos que el nuevo gobierno sirio tome las decisiones correctas para proteger al país y a sus ciudadanos, que hasta ahora han sufrido mucho».
El número de cristianos en Siria ha disminuido drásticamente desde el inicio de la guerra civil, informó el portal asiático UCA News: de aproximadamente 1,5 millones en 2011 a solo 300.000 en 2022. Más de 120 iglesias cristianas han sido destruidas desde 2012. Irak también ha experimentado desarrollos similares: durante el gobierno del Estado Islámico, decenas de miles de cristianos huyeron. Cerca del 60 % de ellos regresaron tras la liberación en 2017, «mientras que el resto permaneció en Kurdistán, donde encontraron un nuevo hogar y empleo», explicó Sako.
Sin base para una estabilidad sostenible
A pesar del regreso de muchos cristianos, el cardenal Sako no ve una base para una estabilidad sostenible en Irak. «No existen las condiciones para una seguridad y estabilidad duraderas que permitan vivir en libertad y con respeto por los derechos». Además, la presencia de milicias armadas que controlan todo y el trágico incendio del 26 de septiembre de 2023, que durante una boda en un salón de recepciones en Karakosh dejó 133 muertos y cientos de heridos, han desencadenado un fuerte movimiento migratorio.
Según Sako, los lazos interreligiosos en Irak están muy vivos. «Aunque no tenemos a menudo la oportunidad de reunirnos, porque el entorno no lo permite, hablamos con frecuencia». Los cristianos, a pesar de los obstáculos, mantienen relaciones amistosas con chiitas, sunitas y otras comunidades religiosas y han trabajado para superar el odio. «El problema no son los líderes religiosos, sino los políticos», señaló.
El patriarca explicó que el aporte de las religiones a la paz radica en su misión de promover una relación libre y amorosa con Dios. En ningún caso deberían convertirse en un instrumento político, criticando cualquier tipo de fundamentalismo. El cardenal también abogó por la separación entre religión y estado, argumentando que tienen «realidades diferentes»:
«La religión es para el individuo, y el estado es para todos. El estado no debe tener una religión».