(Kath/InfoCatólica) El pasado 31 de diciembre, el obispo auxiliar emérito de Salzburgo, Andreas Laun, emprendió su último viaje, con la esperanza de alcanzar el cielo. Reconocido como una figura clave del movimiento Pro-Vida en Austria y, posiblemente, en el ámbito de habla alemana, Laun dejó una profunda huella en varias generaciones de jóvenes defensores del derecho a la vida.
Un líder valiente y cercano
Desde su época como profesor de teología moral en la Facultad de Teología de Heiligenkreuz, Andreas Laun destacó por su compromiso con los valores pro-vida. A lo largo de los años, acogió y formó a los miembros fundadores de "Juventud por la Vida" en su parroquia de Viena. Posteriormente, como obispo auxiliar, abrió las puertas de su residencia en Salzburgo, una pequeña casa con capilla privada y campanario, cedida temporalmente por una familia local. Allí recibía a jóvenes activistas, compartiendo su pasión y dedicación por la defensa de la vida.
Laun vivió con una valentía poco común, inspirada en las enseñanzas de la encíclica Evangelium vitae de San Juan Pablo II. Sin temor a las críticas ni a las intrigas, defendió con firmeza los derechos de los no nacidos, convirtiéndose en un modelo para muchos jóvenes que hallaron en su ejemplo un camino hacia la fe.
Un hombre de fe y humor
Además de su liderazgo en el movimiento Pro-Vida, Andreas Laun era conocido por su carácter cercano, su amor por los animales y su sentido del humor. Su casa estaba llena de libros de chistes y, durante años, su inseparable compañera fue su perra Pamina. Una anécdota memorable ocurrió cuando acogió una camada de cachorros en su casa, improvisando una bañera como refugio temporal. La imagen del baño convertido en "guardería canina" sigue arrancando sonrisas a quienes la recuerdan.
Presencia activa en el movimiento Pro-Vida
La participación de Laun en los eventos de Juventud por la Vida era constante. Acompañaba a los jóvenes no solo en las misas y conferencias, sino también en largas caminatas a través de pueblos y campos, difundiendo su mensaje. Era un obispo accesible, dispuesto a caminar al lado de los fieles, compartiendo tanto sus alegrías como sus desafíos.
Referente teológico
La labor de Laun también se extendió al ámbito académico. Como autor de numerosos libros y profesor en Heiligenkreuz, dejó una huella imborrable en generaciones de estudiantes de teología. A pesar de las críticas y boicots de ciertos medios, su mensaje alcanzó a miles de personas, especialmente a través de sus artículos publicados en kath.net, donde sus textos llegaban a superar la audiencia de muchas publicaciones eclesiásticas tradicionales.
Fue de los pocos obispos que se opuso a las heterodoxias de Amoris Laetitia. Además de apoyar a los cardenales que cuestionario el texto pontificio, recordó en una entrevista concedida a OnePeterFive que un Pontífice no puede cambiar una ley moral de origen divino, del mismo modo que no puede modificar las leyes de la física.
Intrigas y desafíos
La vida de Andreas Laun no estuvo exenta de dificultades. Fue objeto de ataques mediáticos y de intrigas dentro de la propia Iglesia. A pesar de ello, nunca se dejó intimidar, continuando con su labor pastoral y escribiendo con claridad sobre temas polémicos. Su fortaleza ante estas adversidades lo consolidó como una figura respetada por su coherencia y valor.