Fallece Angelo Amato, el cardenal que pidió no olvidar la masacre de mártires españoles durante la Guerra Civil

Prefecto emérito de la Congregación para las Causas de los Santos

Fallece Angelo Amato, el cardenal que pidió no olvidar la masacre de mártires españoles durante la Guerra Civil

El 31 de diciembre de 2024, falleció el cardenal Angelo Amato, Prefecto emérito de la Congregación para las Causas de los Santos: tenía 86 años. En un telegrama, el Papa ha dado hoy el pésame a los más cercanos al cardenal de la familia salesiana fallecido ayer. «Se prodigó con delicadeza humana», escribe Francisco, y trabajó para la Santa Sede con «espíritu sacerdotal» y «preparación teológica».

(InfoCatólica) Francisco, que asegura su oración «por el alma de este servidor bueno y vigilante que, fiel a su lema ”Sufficit gratia mea", incluso en los últimos tiempos marcados por el sufrimiento, se abandonó a la bondad del Padre Celestial».

Cercano a España

El cardenal fue un hombre cercano a España. Siendo prefecto de la Congregación Pontificia para las Causas de los Santos del Vaticano en el año 2008 dijo que la implementación de la asignatura de Educación para la Ciudadanía y Derechos Humanos (EpC) por parte del gobierno socialista y radical de Rodríguez Zapatero era una «intrusión estatal absolutamente ilegítima», que formaba parte de la tendencia creciente en toda Europa a dejar que el Estado entre «cada vez más en la vida personal de cada uno» y «obligando a las familias a elegir determinadas escuelas con determinadas materias, no de instrucción sino de adoctrinamiento». El prelado italiano calificó este fenómeno de «estadolatría», algo que, «aparentemente, había sido eliminado y que ahora está entrando por la ventana».

Presente como delegado pontificio en algunas Misas de beatificación de mártires de la Guerra Civil, el pupurado señaló en que tuvo lugar en diciembre del 2012 que la persecución religiosa en España alcanzó su punto culminante durante la Guerra Civil (1936-1939) contaminó «gravemente» a la sociedad como «una lluvia corrosiva y ácida». El cardenal recordó que los mártires españoles «no eran delincuentes, no habían hecho nada malo, sino que su único deseo era hacer el bien y anunciar a todos el Evangelio de Jesús, que es una noticia de paz, de gozo y de fraternidad».

En noviembre del 2017 calificó ante tres mil fieles de «página oscura contra personas indefensas e inocentes» el período vivido en España entre los años 1936 y 1939 y manifestó que no debe olvidarse «para que no se repita una ola similar de odio fratricida». Y recordó lo que ocurrió en este país en aquellos años, antes de que Francisco Franco ganara la guerra a los responsables de las matanzas:

«Los lugares de culto fueron incendiados, los conventos clausurados, las escuelas ocupadas y la gente encarcelada y asesinada.

No hubo ningún respeto por la libertad y la dignidad de las personas. Fue una tormenta que azotó violentamente la nación, cubriéndola de polvo, de humo y cadáveres. Fue una macabra exaltación del mal y del odio»,

Biografía

Nacido en Molfetta (Bari), el 8 de junio de 1938, en el seno de una familia de constructores navales, el primero de cuatro hermanos, había emprendido sus estudios en el Instituto Náutico de Bari, en la sección de capitanes de larga distancia. Pero al comienzo de su tercer año de estudios, en octubre de 1953, decidió abandonar esta carrera para entrar en el aspirantado salesiano de Torre Annunziata. En 1956 hizo su primera profesión religiosa. Tras trasladarse a Roma, estudió en el entonces Pontificio Ateneo Salesiano (hoy Pontificia Universidad Salesiana), obteniendo la licencia en filosofía. En 1962 emitió la profesión religiosa perpetua y comenzó dos años de formación práctica en el Colegio Salesiano de Cisternino (Brindisi), donde enseñó literatura en la escuela media. Tras licenciarse en teología en la Facultad de Teología de la Universidad Salesiana de Roma, fue ordenado sacerdote el 22 de diciembre de 1967.

El encuentro con el mundo ortodoxo griego

Matriculado en la Pontificia Universidad Gregoriana, se doctoró en teología en 1974 e inmediatamente fue llamado a enseñar esta materia. En 1977, fue enviado a Grecia por el entonces Secretariado para la Unidad de los Cristianos, pasando cuatro meses en la residencia de los jesuitas de Atenas para preparar su inscripción en la universidad. Tras aprobar el examen de ingreso (griego moderno escrito y hablado), se trasladó a Salónica como becario del Patriarcado de Constantinopla. Reside en el monasterio de Vlatadon, sede del convento de monjes ortodoxos y del Idrima ton Paterikon Meleton (Instituto de Estudios Patrísticos), con una biblioteca especializada en teología ortodoxa y una valiosa colección de microfilmes de manuscritos del Monte Athos. Posteriormente se matriculó en la Facultad de Teología de la Universidad de Salónica, asistiendo a las clases de Jannis Kaloghirou sobre historia del dogma y a las de Jannis Romanidis sobre dogmática sistemática. Al mismo tiempo, realizó una investigación sobre el sacramento de la penitencia en la teología ortodoxa griega de los siglos XVI al XX, que se publicó en la serie «Análekta Vlatádon» (1982).

El regreso a Roma

De regreso a Roma, enseñó Cristología en la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Salesiana, de la que fue Decano de 1981 a 1987 y de 1994 a 1999. De 1997 a 2000 fue también Vicerrector de la misma Universidad. En 1988 fue enviado a Washington para realizar estudios sobre teología de las religiones y completar el libro de texto de Cristología. Posteriormente fue nombrado consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe, de los Pontificios Consejos para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y para el Diálogo Interreligioso, y consejero de la Pontificia Academia Mariana Internacional. En 1999 fue nombrado Prelado Secretario de la reestructurada Pontificia Academia de Teología y director de la recién fundada revista teológica «Path». De 1996 a 2000 fue miembro de la comisión teológico-histórica para el Gran Jubileo del Año Dos Mil.

Secretario para la Doctrina de la Fe

Nombrado secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe el 19 de diciembre de 2002 y elegido titular de la sede de Sila con el título personal de arzobispo, recibió la consagración episcopal el 6 de enero de 2003 de manos del Papa Juan Pablo II en la Basílica Vaticana.

Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y Cardenal

El 9 de julio de 2008, Benedicto XVI le llamó a suceder al cardenal José Saraiva Martins como Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, y en el Consistorio del 20 de noviembre de 2010 le creó cardenal de la Diaconía de Santa María in Aquiro. Participó en el cónclave de marzo de 2013 que eligió al Papa Francisco. El 19 de diciembre de 2013 el Papa Francisco le confirmó "donec aliter provideatur" como Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, cargo que deja en 2018 poco antes de cumplir 80 años.

 

5 comentarios

Pacomio
Los Mártires Gloriosos lo reciban el la Gloria Eterna
2/01/25 12:18 AM
Miguel Requena Tappi
Descanse en Paz. Estos son los hombres que necesita la Iglesia en estos tiempos, y no la chusma liderada por el montonero Papa actual.
2/01/25 4:20 AM
SS
Mártires del siglo XX , qué manera de escurrir el bulto .
2/01/25 7:01 AM
Pedro de Torrejón
Su oración ha sido escuchada por Dios.

En el Vaticano espera un proceso de beatificación de 130 nuevos mártires de la Diócesis de Jaén ,desde el 31 de Marzo de 2.019.

Alabado sea Dios en sus ángeles y santos !!!
2/01/25 9:00 AM
Ángel Manuel González Fernández
Comencé a escribir sobre los mártires seglares españoles y a editar cuando me di cuenta que había que hacerlo en esa cosa del bien y del mal llamada Internet.
Había trabajos sobre los obispos, sacerdotes, frailes, seminaristas, novicios, y un poco más tarde de monjas: pero de seglares nada, poco e incompleto. Parecía que era más importante escribir libros sobre los eclesiásticos mártires y no de los seglares mártires, como el caso de esos dos padres de familia con cinco hijos y de profesión mineros, que pidieron ser asesinado en la iglesia en que fueron bautizado: les degollaron, les decapitaron, y esto ya no lo escribí, que recogieron su sangre en barreños para hacer morcillas y dárselas a los fascistas que tenían en la cárcel.
Tampoco existía un trabajo sobre los sacerdotes y frailes asesinados en la llamada zona nacional, y eso para mí era un desprecio por no querer conocer la verdad de esos asesinatos.
En cierta ocasión, unos llamados "cristianos de base" llevaron a la Conferencia Episcopal mis 28 asesinados con nombres y apellidos, pero sin explicar la verdad de cada caso.
Toda esa tarea por la verdad que me impuse hace años lo dejé en julio del 2023. Quien quiera sabrá buscarlo porque está editado con mi nombre y dos apellidos.
2/01/25 9:07 AM

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