(COPE/InfoCatólica) A sus 31 años, la española Belén Domínguez ha dado una muestra inspiradora de fuerza y fe al enfrentarse al diagnóstico de un tumor medular. Su experiencia, relatada en el programa Ecclesia en Salida, se ha convertido en un faro de esperanza para quienes atraviesan momentos difíciles, y también ha quedado plasmada en su libro «La vida es bonita incluso ahora: Una historia real de superación y lucha».
La vida de Belén parecía transcurrir con normalidad, llena de planes y sueños, incluyendo su boda con Emilio, su pareja. Sin embargo, todo cambió de forma abrupta cuando recibió la noticia del tumor. «De repente nos dijeron eso y estábamos los dos solos en la sala de urgencias con los neurocirujanos (...) y, fue como, shock», recuerda Belén, describiendo el impacto de aquel momento.
Después de someterse a una operación complicada y a tratamientos intensivos sin resultados alentadores, los médicos recomendaron considerar un centro de cuidados paliativos. Esta noticia dejó a Belén al borde de perder toda esperanza. Fue entonces cuando Emilio, decidido a no rendirse, le brindó palabras de aliento: «Oye, tú confía, tú sigue confiando y la esperanza no la perdemos, porque, aunque te hayan dicho ya que no hay salida médica, nosotros vamos a seguir pensando en que alguna solución puede haber».
Ambos se aferraron a la oración, pidiendo con fervor una oportunidad para continuar luchando. De manera inesperada, al día siguiente apareció un ensayo clínico diseñado específicamente para el tipo de tumor de Belén. Emilio lo describe como un verdadero milagro: «Escuchó nuestras oraciones y apareció un ensayo clínico. Vino el doctor a decirnos que había aparecido un ensayo justo para el tipo de cáncer de Belén».
Aunque el tratamiento ha sido duro y lleno de efectos secundarios, Belén sigue mostrando una actitud positiva y mantiene firme su fe. «Cada vez lo llevamos mejor, porque yo creo que es cuestión de actitud, que es como siempre lo decimos y eso no nos ha faltado nunca», asegura. Su día a día en el hospital está acompañado de oración y comunión diaria, fuentes de consuelo y fortaleza que la sostienen en su lucha.
Más allá de su batalla personal, Belén ha encontrado un propósito mayor: inspirar y ayudar a otros. A través de su cuenta de Instagram, @belendomínguezb, comparte mensajes llenos de esperanza y paz. Sobre su experiencia, reflexiona: «Al final mucha gente se lo pregunta, pero nosotros como veíamos que no íbamos a obtener una respuesta […] dijimos, ¿para qué? Vamos a evitar ese por qué a mí, y vamos a buscar un para qué que al final nos llene más».
Con su fe inquebrantable y su mensaje de esperanza, Belén se ha convertido en un ejemplo de resiliencia y superación, recordándonos que incluso en los momentos más oscuros, la vida sigue siendo bella.
En esta dura batalla contra el cáncer, Emilio ha sido un apoyo fundamental para Belén, convirtiéndose en un sólido sostén emocional y espiritual. Su amor y dedicación constantes han sido un motor para que ella mantenga la esperanza y enfrente cada obstáculo con valentía. «Es tan guay tenerle a mi lado. De verdad, gracias Señor por ponérmelo a mi lado. Es que no he podido soñar con alguien mejor. Estoy feliz», comparte Belén con profunda emoción, dejando claro cuánto significa Emilio en su vida.
El respaldo de Emilio no ha sido el único pilar en el que Belén se ha apoyado. También ha encontrado un inmenso cariño y cuidado en su entorno médico. La séptima planta del Hospital Ramón y Cajal, donde lleva más de un año ingresada, se ha convertido en una extensión de su hogar. «Aunque esté encerrada desde hace un año entre cuatro paredes, me siento más libre que nunca, porque la libertad tiene que ser interior. Al final, cuando tú por dentro te sientes libre y tienes a Dios contigo, todo es posible. Como dice Emilio, hay que valorar cualquier cosa, incluso levantarte para ir al baño», reflexiona Belén, resaltando la importancia de encontrar la verdadera libertad en el interior.
Pese a la gravedad de su situación, con un diagnóstico de cáncer en estadio cuatro y sin movilidad, Belén se aferra a su fe para hallar fuerza y alegría en medio de la adversidad. «Aunque estoy enferma con un cáncer de estadio cuatro, sin movilidad y sin nada, que es como lo más grave de todo. Yo me siento superlibre porque por dentro tengo a Dios y gracias a él tengo unas maravillas en mi vida que no puedo no puedo creer, no puedo cuantificar», declara con una mezcla de asombro y gratitud.
La historia de Belén no solo es un testimonio de resiliencia, sino también un recordatorio del poder del amor y la fe. En cada paso de este difícil camino, su espíritu ha brillado gracias a quienes la rodean y al vínculo profundo que tiene con Dios, quien, según ella, le sigue mostrando «maravillas» incluso en los momentos más oscuros.