(LSN/InfoCatólica) Según la juez que llevó el caso, la presencia de Gibbons frente a la clínica tenía la intención de disuadir a las mujeres de someterse a un aborto. El mensaje en su cartel, indudablemente, resultaba inquietante para las pacientes y el personal de la clínica. Incluso podría haber llevado a que alguna paciente cancelara o postergara su aborto, añadió la jueza en los fundamentos de su decisión.
Sin embargo, indicó la juez, esto no constituye un delito de alteración del orden público, ya que no se puede considerar un crimen que algunas mujeres decidan cancelar su aborto debido a un mensaje provida. Gibbons no acosó ni obstruyó a nadie que se dirigiera a la clínica. La acusada no bloqueó la entrada ni impidió el acceso de ninguna manera. Tampoco hay evidencia de que Gibbons haya intimidado a alguien frente a la clínica o en sus cercanías.
La juez concluyó que estaba convencida de que Gibbons no hizo más que estar cerca de la clínica para proporcionar cierta información a las pacientes, con el objetivo de disuadirlas de abortar.
Décadas luchando por el derecho a nacer
Linda Gibbons es una activista provida canadiense de 76 años que ha dedicado décadas a protestar pacíficamente contra el aborto en Canadá. Su compromiso la ha llevado a ser arrestada en múltiples ocasiones, acumulando más de 11 años en prisión debido a sus manifestaciones silenciosas frente a clínicas abortistas.
En sus protestas, Gibbons suele portar pancartas con mensajes como «¿Por qué, mamá? Si tengo tanto amor que dar», buscando concienciar a las mujeres sobre las alternativas al aborto. Su activismo ha desafiado leyes como la Ley de Acceso Seguro a los Servicios de Aborto de Ontario, que prohíbe actividades provida, incluida la oración, en un radio de 50 metros alrededor de las clínicas de aborto.
Gibbons ha mantenido siempre su postura firme. En noviembre de 2024, desde prisión, escribió una carta instando a la comunidad provida canadiense a «persistir y continuar» en la defensa de los no nacidos.