(Fides/InfoCatólica) «Estuvimos todos presentes: obispos, y luego sacerdotes y religiosos», explica a la Agencia Fides el jesuita Antoine Audo, obispo caldeo de Alepo, hablando de una «reunión muy positiva».
La cumbre, sin precedentes, ha tenido lugar en la iglesia y el convento franciscanos, donde también se encuentra el Vicariato Apostólico de los Católicos de Rito Latino. «Su intención -explica el obispo Audo- parece ser la de dar confianza. Las expectativas son buenas», sobre todo si se tiene en cuenta que «ahora estamos en un callejón sin salida: no hay electricidad, todo es caro, a mucha gente le está costando encontrar alimentos».
Por el momento - confirma Audo-, las nuevas fuerzas que dominan la escena, de matriz islamista, no muestran ninguna voluntad de imponer cambios y condicionamientos en la vida ordinaria de las comunidades eclesiásticas:
«Al contrario, intentan dar confianza mostrando respeto por nuestras tradiciones y nuestras oraciones. Yo les he dicho que nosotros, como cristianos árabes, representamos una realidad única en la historia y en el mundo. Y les he recordado algunos ejemplos de la historia de los árabes musulmanes con los cristianos, y de la contribución de los cristianos a esta historia. He añadido que el estatus de los “Dhimmi” (miembros no musulmanes de un Estado guiado por la ley islámica, nd) puede interpretarse en sentido negativo y en sentido positivo, que los cristianos no pueden ser ciudadanos de segunda clase, y que debemos trabajar juntos. Parecían muy interesados en estas consideraciones».
Durante la reunión, se ha asegurado a los representantes de las comunidades cristianas que no habrá cambios en el reglamento de las escuelas pertenecientes a las comunidades eclesiásticas, donde niños y niñas estudian juntos en clases mixtas. «Han pedido - prosigue el obispo caldeo - a todos los funcionarios que reanuden sus funciones, y han declarado que se ha acabado el servicio militar obligatorio que ha durado todos estos años».
Según el obispo Audo, conocido por sus análisis geopolíticos, «ha habido una decisión internacional consensuada para garantizar esta vía de salida a Siria. No era posible continuar por el callejón sin salida que se había tomado». Una solución en la que sin duda han participado Turquía y Estados Unidos, «pero también Rusia e Irán. Rusia dijo a Assad que se fuera», y así «se evitó un mayor derramamiento de sangre».
Ahora, en Alepo - relata el obispo Audo - la vida está volviendo a la «normalidad», de la que también forman parte los problemas de subsistencia y las dificultades para obtener productos de primera necesidad. Todas las comunidades eclesiásticas están poniendo en marcha iniciativas para que la gente pueda al menos comer. Y se preparan para celebrar la Navidad con sobriedad: «Quizá - señala el obispo Audo - no habrá cabalgatas ni momentos espectaculares. Pero quien quiera venir a visitarnos a nuestras iglesias y episcopados durante los días festivos será bienvenido».